CAPÍTULO 15

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Estaba sentada en la biblioteca leyendo un libro de la historia de Italia y de como fue que el reino de Italia se formó.

-¿Tu eres Chiara?

-No, soy Alba princesa de España 

Levanto la vista y veo a una chica de vestido rosa con blanco, su cabello era rubio y sus ojos azules, como los míos. Su perfil era delicado y sus mejillas rosas, sus labios estaban pintados solo con brillo labial.

-Yo soy la princesa Chiara -me levanto del sillón 

-Es increíble conocerte por fin 

-¿Y tu eres?

-Soy la princesa Fiorella 

-¿De que reino?, jamás escuché hablar de ti 

-De Italia, soy tu hermana -me dice con una sonrisa de suficiencia al ver mi cara de sorpresa 

-¿Qué?

-Soy tu hermanita chiquita, la consentida de papá, sabes como funciona esto -dice con una sonrisita infantil que en cuestión de segundos llega a irritarme

-¿Por qué no sabia de tu existencia?

-Porque a papi le daba miedo de que supieras quien es la consentida de las dos 

-Si me disculpas, tengo que hablar con mi padre 

-Él prefiere que lo llames rey de Italia o rey Baldassare, ya sabes, no han roto ese muro de confianza que se creo por la distancia de su separación 

Salgo de la habitación, hasta la sala de juntas donde se supone que estaría mi padre. Toque la puerta y escuché un "adelante" de mi padre.

Entré y lo vi sobre un enorme escritorio con una carta entre las manos, y a mi madre con otra carta y con sus lentes de lectura en el puente de su nariz.

-¿Por qué no estaba enterada de que tengo una hermana?

-Oh, ya se conocieron -dice mi padre doblando la carta y metiendola en el sobre tan tranquilo 

-Si, y me siento indignada por no haber sido notificada por su nacimiento 

-Ella no es tu hermana -dice mi madre

-Alessia -la reprende mi padre 

-¿De que están hablando lo es o no?

-Es tu media hermana -dice mi padre 

-Eso quiere decir que tu padre me fue infiel con una simple muchacha que murió al dar a luz a esa chiquilla que tu padre tanto adora 

"Que tu padre tanto adora", "Que tu padre tanto adora", "Que tu padre tanto adora". Esas palabras resonaban en mi cabeza una y otra vez. 

Ni siquiera estaba segura de que a mi me quisiera y a esa chica la adora, ¿es enserio?

-Espero que se lleven bien, es tu hermana, enséñale algunas cosas que has aprendido, estoy seguro de que si la conoces quedaras encantada con ella, solo es un año más pequeña que tu, no la había traído al castillo hasta que tu te fuiste

El monstruo de los celos creció en mi en cuestión de segundos. Yo era su hija, la heredera de su reino, él fue el que me mandó lejos para prepararme para llegar a ser una buena reina, pero le entregó todo el amor que era para mi a otra chica, a una bastarda.

-Dudo que tengamos algo en común -le digo fría 

-¿Por qué lo dices?

-Si se pavonea como si fuera la gran cosa, ni siquiera tenemos el mismo carácter 

Entre DinastíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora