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LA REUNIÓN ESTABA A PUNTO DE TERMINAR, PARA ESE MOMENTO VENUS SE ENCONTRABA MEDIO DORMIDA SOBRE EL HOMBRO DE DRACO, EL CUAL PARECÍA MUY CÓMODO CON LA MUCHACHA EN ESA POSICIÓN. Ron no había levantado la mirada de esos dos desde que Venus había abrazado a Draco efusivamente, desde que el Slythrin pisó el compartimento Venus olvidó completamente a los dos chicos Gryffindor.
Hermione lo entendía, ellos no eran amigos, habían hablado un par de veces y habían metido a la muchacha en un par de situaciones complicadas, pero más a allá de eso, solo compartían saludos cordiales por los pasillos. Ron parecía no entenderlo, y demostraba su molestia con malas caras. No era muy extraño ver a Ron Weasley intentado llamar la atención de la Slytherin, llevaba intentando que lo considerara un amigo desde hacía años.
Cuando la reunión dio por finalizada, algunos prefectos fueron mandados a dar una vuelta por el tren, para comprobar que todo estuviera en orden. Draco agradeció internamente que no les hubiera tocado ni a él ni a Venus deambular por el tren en marcha mientras aguantaba a los niños de primer año corretear de un lado a otro.
—Rosy —susurro Draco moviendo lentamente a Venus—, la reunión ya ha acabado. Vámonos, los chicos nos tienen que estar esperando.
Venus se quejó sonoramente, parecía una niña pequeña que no quería levantarse para ir a clase.
—Tengo sueño Draco —ronroneo contra su hombro—, déjame aquí.
—No nos podemos quedar aquí, y no pienso dejarte aquí sola. Mueve el trasero si no quieres que te lleve en brazos como a un bebe —Venus volvió a quejarse, pero se levantó.
Llevaba sin dormir bien desde hacía semanas, y aunque había hecho un gran trabajo ocultando sus ojeras con maquillaje, el cansancio la había ganado en cuanto se sentó en los mullidos asientos del tren. Eso sumado al leve balanceo del tren junto al calor que desprendía Draco, solo había propiciado a que la muchacha cayera en los brazos de Morfeo.
Los demás prefectos no parecían haberse percatado de la pequeña siesta de Venus, y si lo habían hecho nadie se atrevería a cuestionárselo, mucho menos delante de Draco.
Draco guio a una adormilada Venus hasta el compartimento de Slytherin donde todos sus amigos los esperaban tranquilamente. Cuando entraron lo primero que Venus pudo distinguir fue la risa escandalosa de su mejor amiga Lizzie.
—¡Al fin llegáis! Ya pensaba que os habíais caído del tren o algo por el estilo —dijo la rubia moviéndose un poco para dejar que Venus se sentara a su lado—. ¿Cómo ha estado la reunión?
—Aburrida —se quejó sentándose entre Lizzie y Theo—, solo han explicado lo que debemos hacer, y los horarios de vigilancia por las noches.
—¿Cómo has podido enterarte? —cuestionó Draco que se había sentado al lado de Blaise—. Has estado durmiendo toda la reunión.
