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VENUS ESTABA JUNTO A THEO Y BLAISE AL LADO DEL LAGO NEGRO, SABÍA QUE ALGO NO IBA BIEN LO SABÍA DESDE ESTA MAÑANA CUANDO SE DESPERTÓ DE GOLPE POR CULPA DE OTRA PESADILLA. Pero la sensación que tenía era diferente a la que otras muchas veces había sentido, era como si algo le oprimiera el pecho impidiéndole respirar con normalidad. No le había dicho nada a sus amigos, pero ellos la notaban distante.
—Venus, ¿me estas escuchando? —preguntó Blaise al ver que la chica tenía la mirada perdida en el agua del lago.
Venus levantó la vista para observar a Blaise, pero de inmediato sus ojos se desviaron a una persona que venía corriendo hacia ellos. Draco había perdido el color de rostro, se le veía agitado. Llevaba un pergamino en la mano que Venus supuso que pertenecía a su madre. La sensación de ahogó volvió. Cuando Draco llegó hasta ellos, Venus se levantó por inercia, sabía que algo iba mal.
—Draco —susurro Venus con súplica al ver que no hablaba. El chico tragó saliva con dificultad.
—Se han llevado a Ares y a mi padre a Azkaban —algo se rompió dentro de Venus mientras escuchaba al rubio hablar—, los han atrapado en el ministerio. Ha habido una especie de pelea entre ellos y Potter. El ministro ha visto a Voldemort, todo es un caos ahora mismo.
Draco continuó hablando, pero Venus realmente no le estaba escuchando.
"Ares está en Azkaban". La frase se repetía una y otra vez en su mente. Su hermano, su única familia estaba en encarcelado por su culpa, por haber confiado en gente que no debía, por no haber sabido cuidar de él.
Un escalofrió le recorrió el cuerpo de solo pensar que su hermano tendría que estar rodeado de asesinos, locos y dementores. Dio un paso hacia atrás, llamando la atención de Draco, la observó atentamente, Venus estaba temblando y tenía los ojos llenos de lágrimas sin derramar.
Draco pretendió acercarse a ella, pero antes de que pudiera reaccionar Venus había salido corriendo hacia el colegio. Los tres chicos la observaron desconcertados.
—¡Venus! —gritó Theo.
Persiguieron a la muchacha de ojos mieles hasta la puerta del patio principal. Ahí se encontraba el famoso trío de oro. Venus no dudo en acercarse hacia ellos, y para sorpresa de todos los que estaban en el patio, Venus asestó un puñetazo a Harry en la nariz. El chico de gafas cayó al suelo atónito, no sabía que había pasado. Todo el mundo soltó un grito ahogado al ver la escena.
Venus temblaba de la ira, estaba roja y le dolía horrores el puño, pero estaba lista para abalanzarse sobre Harry de nuevo. Unas manos atraparon su cintura evitando que realizará su cometido. La colonia de Draco llegó a sus fosas nasales, cuando comenzó a forcejear para que le soltara.
—Draco suéltame en este instante, voy a terminar de partirle la cara ese cara rajada—siseó Venus con la voz ronca.
—No te voy a soltar hasta que te calmes, ¿quieres que te expulsen? —preguntó fastidiado, él más que nadie quería golpear a Potter.
