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EL VIERNES 13 POR LA NOCHE, VENUS LLEGÓ A LA SALA COMÚN CON LAS MEJILLAS SONROJADAS Y LLENA DE BARRO. Habían tenido un entrenamiento bastante largo con el equipo, pero se encontraba bastante satisfecha.
Había conseguido enseñar unas tácticas, un poco simples, a Grabbe y a Goyle. Pero eran lo suficientemente buenas para ganar a Ravenclaw en el siguiente partido.
Llegó a su habitación deseando poder darse una buena ducha. Cuando entro por la puerta se encontró a Lizzie y a Pansy hablando tranquilamente.
—¿De dónde vienes? —preguntó Pansy—. ¿De revolcarte por el suelo?
—Han tenido entrenamiento —dijo Liz señalando la escoba de Venus—. ¿Qué tal ha ido?
—He descubierto que Crabbe y Goyle pueden pensar —dijo burlona Venus quitándose el uniforme y quedando en ropa interior—, ese par de zoquetes pueden jugar bien si se lo proponen.
—No estaría mal ganar algún partido —dijo Pansy—, el equipo necesitaba que estuvieras al mando para poder ganar.
—Draco es el capitán, yo solo aportó ideas para mejorar.
—Pero no creo que Draco se aponga a nada que tú digas, cielo —dijo Pansy levantándose de la cama de Liz—, ahora méteme en el baño apestas.
—Tan delicada como siempre —dijo sarcástica Venus.
En cuanto Venus cerró la puerta del baño, Lizzie se levantó de la cama de un salto y sacó un pequeño bolso de debajo de su cama.
—Ve a avisar a Blaise —dijo abriendo el baúl de Venus.
Pansy asintió y salió como un rayo de la habitación. Si querían que el plan de Draco funcionara debían actuar rápidos.
Veinte minutos más tarde, Venus salía del baño con una sonrisa de cansancio. Lizzie la esperaba sentada en su cama junto algo de ropa.
—¿Por qué has sacado mi ropa? ¿Quieres ponértela? —preguntó Venus buscando su pijama.
—De hecho, es para ti.
—Liz, sabes que me encanta escaparme contigo a Hogsmeade, pero estoy molida.
—Venus mueve tu trasero y monte estos vaqueros —Liz los analizó con detenimiento— que por cierto son muy monos, te los robare para la próxima salida.
Venus rodó los ojos y se colocó los pantalones blancos. La ojimiel alzó una ceja al ver un top sin tirantes amarillo.
—Acaso quieres que muera de hipotermia, ¿o qué? —inquirió cruzándose de brazos.
—Te he sacado un jersey también —dijo alzando un jersey de pico color beige y blanco.
Se colocó la ropa y sintió el calor del sweater embriagarle. Liz le tendió una pequeña bolsa la cual cogió confundida.
