3. xi. mine

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MÍO

December 17ᵗʰ, 1997

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December 17ᵗʰ, 1997

NUNCA SE RESPIRÓ UN AURA DE TANTA FELICIDAD EN EL TREN DE REGRESO A CASA.

Todos los alumnos reían y hablaban sin parar, si había una cosa en la que coincidían era el deseo de reencontrarse con sus familias.

Como predijeron, el expreso comenzó a frenar a mitad del camino. Todos se mantuvieron tranquilos en los compartimentos.

Venus se había encargado de avisar a los Slytherin, y gracias a Jude, a los demás alumnos.

Nadie se vio sorprendido esa vez.

Cuando los mortífagos entraron a su compartimentos Venus no pudo evitar sonreír con arrogancia, esta vez ellos iban un paso por delante.

—Se os ve un poco molestos —murmuro Venus con burla, estaba disfrutando de aquello más de lo que debería—. ¿Se os ha perdido algo aquí, o, simplemente esperáis que se os pegue algo de inteligencia invadiendo un tren lleno de estudiantes?

Uno de ellos gruñó y apuntó hacia Venus con su varita.

Draco reaccionó de inmediato sacando la suya y clavándola en el cuello del mortífago.

—Cuidado con lo que haces niño —amenazó el hombre.

—Baja la varita y largaos de aquí si no queréis problemas.

—Yo le haría caso —intervino la pequeña Rosier sonriendo sínicamente—. Hemos tenido una semana de mierda, y la verdad es que la maldición cruciatus me sale mejor cuando estoy enfadada.

El hombre corpulento volvió a gruñir, pero acató la orden desapareciendo del compartimentó en un rápido movimiento que vino acompañada de una espesa bruma negra.

Segundos después el tren retomó su camino.

Nadie comentó nada sobre la pequeña discusión, pero si algo había dejado claro aquello es que Venus no estaba dispuesta a dejarse amedrentar.

No de nuevo.

Estaban a punto de bajar, y las ganas de Venus llegar a casa eran tan pequeñas como las de querer tocarle el culo a Voldemort.

Draco que estaba a su lado, bajo su cabeza hasta que sus labios rozaron la parte superior de su oreja.

—Cuando yo te diga corre —susurro antes de dejar un beso en su sien.

Venus se giró con el ceño fruncido sin comprender.

—¿Qué? —musitó abriendo los labios levemente—. ¿Qué estás tramando?

—Confía en mi —fue lo único que dijo como respuesta.

Ya fuera del tren, los alumnos se reunían rápidamente con sus padres y desaparecían casi de inmediato.

DEMONS, draco malfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora