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MARATÓN 6/7
¿ALGUNA VEZ HAS PESANDO EN EL FUNCIONAMIENTO DEL MUNDO? ¿EN CÓMO LAS ALMAS GEMELAS SE ENCUENTRAN?
Existe una leyenda procedente de Japón, esta leyenda explica los misterios de la vida de una manera creíble e increíblemente romántica.
Cierra tus ojos. Imagina que tu cuerpo se vuelve transparente. ¿Puedes imaginarte la red infinitamente compleja de vasos sanguíneos que conectan todas las partes de su cuerpo? Debemos nuestra existencia a estos ríos que dan vida. Ahora, toma nota de un canal bastante especial dentro de este sistema: el que conecta el corazón con tu dedo meñique. Formado por la arteria cubital, este canal hace que el dedo menos notable un verdadero "representante" de tu corazón. Por eso, en muchas culturas, cuando dos personas hacen una tregua, o hacen un voto, lo hacen cruzando el dedo meñique.
Según la leyenda japonesa, este hilo que emana del corazón no termina en la punta del dedo. Continúa en la forma de un hilo rojo invisible, que "fluye" fuera de su meñique y continúa entrelazándose con los hilos rojos de otras personas, conectando su corazón con el de ellos.
Venus siempre había creído firmemente en la creencia de la existencia de un alma gemela. Había escuchado a su tío relatar durante años su amor de juventud, como había conoció a la muchacha aquí en Hogwarts y que a pesar de que ella no terminó con él, Felix continuó amándola incluso ahora que ya había fallecido.
Aunque Venus nunca había sido partidaria de las cosas románticas, amaba leer y escuchar cualquier relato que tuviera que ver con ellos. Cuando era pequeña Narccisa solía contarle la leyenda del sol y la luna, o el mito de la media naranja.
Se había esas historias de memoria y no dudaba que no fueran verdad.
Draco Malfoy creía en el destino. Creía que todas las personas estaban destinadas a alguien. Y él creía firmemente que Venus estaba destinado para él, aunque él fuera dañino.
Había encontrado en Venus todo aquello que su madre solía narrar en aquellos tornos relatos que tanto le gustaba a la chica.
Cuando era pequeño no lo entendía, siempre se burlaba de ellos y se marchaba a jugar al Quidditch con Ares.
Pero a medida que fue creciendo, fue comprendiendo lo que su madre leía. Y se sentía verdaderamente afortunado de haber encontrado a su alma gemela.
Últimamente Draco estaba demasiado pendiente de Venus, desde ese pequeño altercado en la biblioteca y lo ocurrido con ese chico en las pruebas para el equipo. No podía evitar estar todo el día preocupado por la chica, y en parte culpable por haberla involucrado en todos sus problemas.
Pero en cierta forma era inevitable, Venus era tan cabezona que se habría metido en ellos aunque Draco no quisiera.
Draco pensaba demasiado en Venus, y se arriesgaría a decir que el 90% de sus pensamientos estaban dedicados a ella.
