—Es su primo —confesó divertida Venus— pero es un buen chico, y es bastante interesante. Se puede hablar con él de muchas cosas.
—Ya —dijo Ron—, haré como que te creo, pero algo me dice que hacéis algo más que hablar.
Venus rodó los ojos sin querer seguir hablando del tema.
—Venus eres una chica lista, sabes que eso no va a llevar a ningún lado —hablo Ron intentado hacer entrar en razón a Venus—. Si es por lo que dijiste en la clase de pociones de Slughorn, eso no tiene na...
—Ron —le cortó la chica—, lo que pasó en la clase de pociones fue algo puntual, ¿de acuerdo? Draco ha dejado bastante claro que no quiere saber nada de mi, y yo estoy —soltó un suspiro— estoy de acuerdo con seguir con mi vida.
—Nunca dije el nombre de Draco —se burló el pelirrojo.
Venus se sonrojó y maldeció por lo bajo.
—No sabes lo que te odio, Weasley.
—Me amas, Rosier y no puedes vivir sin ver mi preciosa cara.
—¡Por Merlín! Deja de juntarte con Liz, se te está pegando su ego —dijo Venus mientras le tiraba un caramelo a la cara.
—Sabes qué Draco no es santo de mi devoción —comenzó a decir Ron— pero si te hace feliz no deberías de evitar estar con él.
—¿Acaso me has escuchado? No quiere saber de mi.
—¿Desde cuándo Venus Rosier se deja llevar por lo que los demás pienses? La Venus Rosier que yo conozco lucharía por estar con él.
—¿Por qué haces esto? Odias a Draco.
—Puede que nos odiemos, pero cuando estás con él, desprendes una luz y una felicidad única. Yo solo quiero que seas feliz y si el capullo de Malfoy lo hace, entonces adelante.
Venus sonrió. Ojalá las cosas fueran tan fáciles.
—Te agradezco que te preocupes tanto por mi, pero ahora estoy con Luke. Y él es algo estable y se que me quiere. El roce hace el cariño ¿no? Con el tiempo puede que yo también lo haga.
—Sigue diciéndote eso, Vee. Tal vez te lo creas en algún momento.
Venus miró hacia Ron pero no contestó nada, y como si nunca hubieran tenido esa conversación, continuaron hablando el resto de la tarde.
