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THEO Y BLAISE OBLIGARON A VENUS A MARCHARSE DE LA ENFERMERÍA. DRACO TAMBIÉN INSISTIÓ DICIENDO QUE ÉL ESTARÍA BIEN.
Venus no había podido dormir en realidad cuando llegó a su cuarto, se había acostumbrado a descansar entre los brazos de Draco y ahora le resultaba casi imposible cerrar los ojos en un lugar donde no fuera allí.
Donde ella se sintiera segura.
Donde ella pudiera asegurarse que el rubio estaba bien.
Por ese motivo, en esos momentos se dirigía a la Sala de los Menesteres. Sus ojos seguían estando rojos después de haber pasado horas llorando en su habitación por el chico, le dolía la cabeza y todo el cuerpo ante la falta de sueño.
Pero necesitaba algo que mantuviera su cabeza ocupada y buscar un hechizo para arreglar el dichoso armario evanescente era la mejor distracción en esos momentos.
Estaba a punto de llegar al séptimo piso cuando alguien la interceptó. La última persona que ella desearía ver en aquellos momentos en realidad.
—Venus, ¿podemos hablar? —parecía como si todas sus conversaciones empezaran así.
—Ahora no tengo tiempo para tu mierda, Harry —fue brusca, pero estaba tan molesta, tan cansada, que no le importó.
—Mira entiendo que estés enfadada, pero él atacó primero.
Venus paró de andar y se giró de forma brusca hacia Harry. Este de inmediato se arrepintió de la elección de sus palabras, pero realmente necesitaba que Venus le comprendiera.
No sabía que le había impulsado hablar con ella, pero era una extraña necesidad de sentir que todo esté bien entre ellos.
—¿Pretendes hacerte quedar como la victima? —inquirió furiosa apuntándolo con su dedo índice—. Mi maldito novio ha estado a punto de morir desangrado delante de mi, todo porque le lanzaste un hechizo que ni siquiera sabías que hacia.
—Venus...
—¡No! —gritó interrumpiéndolo—. No sé que pretendes viniendo aquí a hablar conmigo, intentando hacerte el bueno. ¡Asume que has hecho las cosas mal! ¡Ser el maldito Elegido no te convierte en un santo! ¡La cagaste! ¡Eres un maldito egoísta que solo quiere quedar bien ante todos! Haciéndote el maldito héroe. ¿Sabes cuanta gente a muerto por tu culpa? ¿Cuántas van a morir por ti porque creen ciegamente en ti?
Harry no dijo nada, en cierta forma sentía que todas las palabras que Venus le dijera se las merecía.
—Llevas desde primer año siendo favorecido por todos, y nunca nadie ha protestado. ¡Porque eres el maldito niño que vivió! —el labio de Venus tembló pero se negó a llorar delante de Potter—. Y estoy muy cansada, Harry, muy cansada de que todo el mundo te sonría y te diga que todo esta bien. ¿Sabes todo lo que he perdido desde que estas en mi vida? Mi hermano esta encerrado, mi tío escondido, mis padres están muertos... —se mordió el labio sabiendo que había comenzado hablar demás—. Y puedes decir que lo sientes mucho, pero nunca vas a comprender todo el dolor, porque nunca has tenido una puta familia.
