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BLAISE Y VENUS SE ENCONTRABAN EN LA HABITACIÓN DEL PRIMERO SIN HACER NADA. Miraban al techo de la habitación y hablaban de temas sin sentido.
Deberían estar haciendo los deberes como habían estipulado que iban hacer esa mañana, pero se encontraban tan cansados que decidieron tomar un descanso antes de comenzar.
—¿Cómo van las cosas con Draco?
—Van realmente bien —dijo Venus—, ha estado bastante cariñoso desde...
Venus se quedó callada dándose cuenta de su fallo.
—¿Desde qué? —repitió Blaise girando un poco su rostro para poder mirar a Venus.
—Esto no se lo he contado ni a Liz —susurró Venus.
—¿Te lo ha tirado? —preguntó alzando una ceja. Venus se sonrojó violentamente—. Te lo has tirado.
—No lo digas así —bufo Venus—. Suena horrible.
—¿Dónde está la antigua Venus que no le importaban esas cosas?
—Se enamoró.
—Vaya mierda —Blaise tardó unos segundos antes de hablar—. ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Claro.
—¿Qué opinas del amor?
La pregunta descoloco a Venus.
—No entiendo.
—Me refiero —Blaise entrecerró un momento los ojos antes de hablar—, ¿crees que es correcto que dos personas del mismo sexo se quieran?
—Bueno, siempre he pensado que el amor es amor. No creo que haya nada de malo en enamorarse, aunque eso involucre a dos personas del mismo sexo. No creo que debiera importar.
—Pero lo hace.
—Pero lo hace —repitió Venus—. ¿Te has enamorado alguna vez?
—No estoy seguro —confesó Blaise.
—¿Qué sentías cuando estabas con esa persona?
—Me sentía completo —confesó—. Sentía que podía hacer cualquier cosa. Es como esa sensación de cuando montas en escoba muy alto, y empiezas a caer, es esa sensación de adrenalina que te recorre todo el cuerpo. No lo sé, simplemente me hace sentir mejor persona.
—Blaise estás bastante jodido —confesó Venus girando su rostro para mirar el techo.
—Lo sé —suspiro. Se levantó de la cama y abrió su baúl, rebuscó entre sus cosas hasta sacar una pequeña cajita.
—¿Qué es eso? —preguntó con curiosidad.
—Me lo dieron cuando estuve de vacaciones en Nueva Orleans —dijo el chico abriendo la caja.
