2. xxv. not a bad life

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NO UNA MALA VIDA

CON EL PASO DE LO DIAS, LA TESIÓN QUE SENTÍA VENUS FUE DISMINUYENDO PARA EL ALIVIO DE SUS AMIGOS

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CON EL PASO DE LO DIAS, LA TESIÓN QUE SENTÍA VENUS FUE DISMINUYENDO PARA EL ALIVIO DE SUS AMIGOS.

Aquella tarde descansaba debajo del Haya del Lago Negro,  junto a Theo y Blaise.

Solo observaban las nubes, jugando a adivinar que forman tenían. Sin ninguna preocupación como si solo fueran un par de niños pequeños.

—Esa parece un unicornio —señaló Blaise alzando su brazo.

—¿Qué clases de unicornios has visto en tu vida? —se burló Venus—. Eso es un elefante.

—Estáis demasiado ciegos, chicos —interinó Theo—. Eso es una ballena.

Venus y Blaise miraron a Theo como le hubiera salido un tercer ojo.

—¿Qué mierda te pasa? —espetó Blaise—. Esa cosa tiene patas.

Venus vio como Theo achinaba los ojos, y momentos después dejaba caer sus manos sobre su rostro.

Se frotó varias veces los párpados con los puños, y aún con los ojos cerrados habló:

—Creo que necesitó gafas.

—¿Crees? —inquirió divertida Venus apoyándose en sus codos para lograr ver a su amigo—. El otro día mientras comíamos te pedí el puré de patatas y me pasaste un cuenco con guisantes.

—Oh, sí, recuerdo ese día —dijo Blaise imitando la postura de Venus—. Te enfadaste con él porque pensaste que te había llamado gorda.

—Oh —dijo Theo comprendiendo—, por eso me tiraste encima el plato.

Venus rodó los ojos y se dejó caer de nuevo al pasto.

Pasaron unos segundos en total silencio en los que la rubia cerró los ojos completamente relajada.

No se dio cuenta de las miradas furtivas que se dedicaban los dos chicos.

—Vee —llamó Theo mordiéndose el interior de la mejilla.

Un sonido semejante a un , salió de entre los labios de Venus.

—Sé que dijimos que no te íbamos a presionar, pero... —Theo se removió incomodo sin saber cómo continuar, no quería que volviera a fiar a la defensiva con ellos.

—Estamos preocupados por ti, y últimamente estas actuando de forma muy extraña.

—Solo queremos decirte que, si necesitas hablar, puedes recurrir a nosotros —aseguró ansioso Theo.

Venus no se movió de posición, pero si frunció el ceño, no con molestia, más bien con frustración.

La mano de Blaise atrapó su mano y entrelazó sus dedos, ese acto causo que Venus abriera los ojos y observará al moreno.

DEMONS, draco malfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora