Gwangju. Jung Hoseok. 15 años.
Limpia el sudor de su frente y respira, rápidamente, por la boca para recuperar el aliento. Se sienta al estilo indio en el suelo de su sala y agarra su celular para poner pausa, y retroceder el vídeo hasta la parte la cual no le sale; bufa poniendo los ojos en blanco por su torpeza fado que no es difícil, solo debe alzar el brazo derecho; sin embargo, sigue alzando el otro, es como si su cuerpo se negará a hacer el paso del vídeo y le dijera que debe crear sus propios pasos.
Vuelve a bufar pues es absurdo que pueda crear pasos de baile. Duda mucho, en algún momento pueda hacerlo, aunque le encantaría ser reconocido por su originalidad a la hora de bailar. Niega ante sus pensamientos, todavía, está aprendiendo como para ir ya soñando en grande. Apenas, está convenciendo a sus padres para que lo dejen tener un grupo de baile callejero.
—Hijo, ¿puedes ir a llamar a tu hermana?
— ¿Ah?
No sabía que su hermana había salido.
—Está afuera practicando a montar bicicleta —explica—. Dile que ya entre. La cena estará lista en diez minutos.
—Voy, mamá.
Dice lo suficientemente alto para que lo escuche y sale rumbo al patio trasero. Frunce el ceño al no encontrar ningún indicio de su hermana, no hasta que camina más y encuentra su bicicleta tirada en el césped haciéndolo preocupar. Comienza a llamarla, mientras va caminando de un lado a otro y se detiene al oír leves sollozos detrás de la cerca del vecino.
El corazón de Hoseok se oprime de tristeza al encontrar a su hermana llorando con el rostro escondido entre las piernas y abre los ojos asustado al ver rasguños en ellas.
— ¿Qué pasó? ¿Estás bien?
Su hermana levanta el rostro y hace un puchero.
—Sí... —sorbe su nariz—. Solo me caí...
—Oh... —se arrodilla frente a ella para comprobar el daño y siente alivio al observar que los rasguños no son graves— ¿Por qué saliste sin mí? Se supone iba a enseñarte.
Su hermana se sonroja y juega con sus dedos.
—No..., no quería molestarte —susurra aportando la mirada—. Estás muy ocupado aprendiendo por tu cuenta lo que es el baile que quería hacer esto por mi cuenta..., para que te sientas orgulloso —vuelve hacer un puchero—. Veo que te esfuerzas mucho..., estás haciendo todo para lograr tu objetivo y yo..., no quería molestarte con algo absurdo como aprender a montar bicicleta... —el alfa sonríe con ternura—. Por eso, quise aprender por mí misma para que te sientas orgulloso...
Hoseok la mira con demasiado cariño pues una característica de su hermana es su bondadosa corazón y acaricia su cabeza de un lado a otro para hablarle con una enorme sonrisa.
—Agradezco mucho tu preocupación, pero... —debe dejar una cosa clara—. Escucha, sé parece que el baile lo es todo para mí, pero no es verdad —su hermana lo mira asombrada—. No hay nada más importante para mí que mi familia, ¿sabes por qué? — Niega queriendo saber—. Porque el baile siempre estará, las audiciones igual, pero mi familia no —la ayuda a ponerse de pie—. Ustedes son todo lo que tengo y no los cambiaría por nada o nadie.
— ¿Ni cuando encuentras a tu omega?
Pregunta en modo inocente.
—Ni eso. Mi omega va a tener que entender y respetar que mi familia es muy importante para mí.
— ¿Y sino acepta?
—Entonces, no es el omega adecuado para mí.
Su hermana hace un sonido de que está pensando y sonríe asintiendo al haber entendido.
—Siempre estaré para ti. Eres mi hermana y te amo. Nunca lo olvides.
Se sorprende por el inesperado abrazo.
—Gracias —murmulla solo para ellos—. No hay duda, eres como la esperanza.
Ahora, él se avergüenza y su hermana ríe exclamando un reto de carreras hasta la casa.
— ¡No que estabas herida!
Dice riendo yendo tras ella.
Hoseok lo sabe. Sabe, haría cualquier cosa por ella, por su hermana. Por ello, se esfuerza casa día, para llegar a ser alguien en la vida, alguien quien su hermana pueda presumir con sus amigas pues tendrá a un talentoso hermano y podrá ser respetada ya que su hermana no es alfa, y debe soportar los malos tratos a la especie a la cual pertenece.
Quiere llegar a ese un reconocido alfa. Ser famoso para que su familia, también, tenga el respeto y vida que merecen. Pues su madre, padre y hermana son lo más importante para él.
Quizás, su hermana tiene razón y es como la esperanza pues, incluso ahora, aunque sea muy joven, un chiquillo apenasn; ya tiene en claro sus objetivos y confía mucho en que va a cumplirlos.
Tiene esperanza de todo ello.
ESTÁS LEYENDO
Destinados Antes de Nacer El Comienzo © || Libro #0.1|| [BtsxJin] (Omegaverse)
Fiksi PenggemarLa empresa coreana BigHit Entertainment está en bancarrota. Su último rayo de esperanza está en el nuevo grupo conformado por siete jóvenes con poca experiencia. Seis alfas y un único omega están por comenzar una larga historia, la cual vale la pena...