Lo último que recordaba She Li era estar corriendo por su vida después de haber sido apuñalado. ¿Cómo es que había llegado ahí?
Se encontraba en su casa, pero su mente iba de un lado a otro. ¿Eso era real? No, su cuerpo se sentía pequeño y débil, como su versión de niño.
—¡Tú nunca te has preocupado por nosotros!— estonces escuchó la voz de su madre a lo lejos, quien salía por una de las puertas que llevaban al patio, donde él estaba jugando.
—¡Les he dado todo, no sé qué más quieren!— gritó también su padre, mientras la perseguía afuera.
—¡Tú hijo necesita tratamiento y no quieres dárselo! ¿Cómo esperas que reaccione a eso?
Ahora lo recordaba. Esa escena había sucedido justo después de volver del hospital.
Bajó la mirada para comprobar sus delicadas manos vendadas y así confirmarlo.—Él perfectamente puede vivir con esa enfermedad, no lo matará. ¿Por qué gastaría dinero en algo innecesario?— dijo el papá con desprecio. El odio se podía ver desde lejos.
—¡Porque tú mismo escuchaste que podría volverse peligroso!
—Cuando eso pase, entonces les daré todo el dinero que quieran, pero por ahora sólo es un posibilidad. ¿Acaso no ves que esto es un robo del hospital?
En ese momento su madre se acercó suficiente para tomar su diminuto cuerpo y entregarle un gran abrazo. Este era el último que tenía en su mente.
—Puede que tengas razón, pero...
—Sabes que no tendríamos este lugar si no fuera por mí, así que no puedes llevarme la contraria sin pensarlo dos veces— gruñó su padre, apuntando a la esposa con un dedo amenazante.
—Oye, cariño, necesito que veas a mami— pidió ésta con tono suave. El pequeño She Li obedeció— ¿Tú crees que estarás bien sin tratamiento? Dime la verdad, por favor.
Vaya peso para un niño. ¿No es así? Debía decir que sí, de ese modo sus padres dejarían de pelear por su culpa. Ya no lo soportaba, y además... estaba acostumbrado.
—Sí, estaré bien— murmuró bajando la dulce mirada, haciendo sonreir a los dos adultos.
—Ya lo ves, no le pasará nada a ese niño, ahora vuelve dentro— demandó el hombre, dando media vuelta para marcharse.
—Lo siento, pero el negocio es primero. ¿Sabes lo importante que es para nosotros tener todos los fondos para eso? Estoy segura de que entiendes, tu padre tiene razón.
El pequeño asintió poco decidido, su madre sólo le despeinó el cabello antes de irse también. ¿Por qué estaba recordando esto? Le dolía, le dolía mucho.
Pero de pronto se encontraba en otro lugar. ¿Era acaso la escuela? Sí... estaba con sus seguidores, esos que lo ayudaban y protegían en cada pelea, pero algo faltaba ahí, de hecho era un alguien.
—¿Mo Guan?— susurró viendo alrededor, pero el mencionado no se encontraba a su lado, ya no más.
Luego se miró la mano, ésta llena de sangre aún se mantenía cerrada en un puño, y por fin pudo percatarse de la persona bajo sus pies.
—¿He Tian? No, maldición, por favor no...— sintió la desesperación crecer en su cuerpo al ver al pobre pelinegro mal herido en el suelo, claramente inconsciente o hasta tal vez muerto.
Retrocedió rápidamente, tal vez por un instinto de supervivencia e impacto, pero lo detuvo uno de sus compañeros. Fue sostenido por los hombros y empujado hacia el frente, donde todos podrían juzgarlo por lo que había hecho.
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Si te importo, sálvame. (He Tian & Mo Guan) 19 Days.
FanfictionTodos conocemos el difícil carácter de Mo Guan Shan y la constante barrera que pone entre él y las personas que quieren ser sus amigos, pero... ¿Qué sucedería si comienza a ver a uno de ellos de manera diferente? He Tian había sido ese amigo no que...