44~ Tómame

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La cerradura de la puerta hizo eco por todo el vestidor en cuanto fue cerrada con fuerza y desespero. ¿Era eso suficiente? El profesor tendría llaves, además de seguramente algunos alumnos también. ¿Los descubrirían? De alguna forma eso lo hacía más emocionante.

Ambos, envueltos en excitación y profunda euforia, se escondieron tanto como pudieron detrás de uno de los cubículos. Aunque por supuesto esto no evitaría que los viera cualquier persona que entrara, sí les daría tiempo de al menos fingir hacer otra cosa.

—¡Deja ese teléfono y concéntrate en mí!— gritó el menor, al ver al contrario con el aparato en sus manos.

—Sólo le estoy hablando a Jian Yi. ¿Tan apurado estás?— preguntó éste sonriendo con picardía.

—No me interesa lo que estés haciendo, déjalo ya.

—¡Vaya! ¿Quién diría que tendrías tantas ganas de esto?— comentó He Tian, con las mejillas ardiendo.

—Cállate y ven aquí— pidió Mo, poniendose de puntillas para alcanzar su boca, ofreciendo así una escena adorable.

El mayor le sujetó de los hombros para mantenerlo firme y de ese modo hacer su cometido. Ya con los labios cansados pero sin importarle, realizó la grandiosa acción.

Ese fue un beso incluso mejor que el anterior. Al pelirrojo le encantaba sentir tales movimiento en su boca, y no lo negaría. La habilidad que poseía su pareja para mover la lengua era algo que le agradecía al cielo.

En cuánto se detuvieron para tomar aire, Guan Shan se decidió a desnudarlo, empezando por bajarle el pantalón y la ropa interior.

—Parece que tienes prisa, te ves más sexy así de necesitado— murmuró Tian, quitándose él mismo la camisa.

Pero el pelirrojo se detuvo de pronto para admirar por un momento el esbelto y tonificado cuerpo de su novio. Las marcas de golpes y cicatrices sólo le deban una imágen más seductora.

Entonces extendió el brazo y con la yema de los dedos acarició con paciencia cada parte. Pequeñas marcas de cortes por brazos y piernas, la cicatriz del roce de bala en el hombro, las iniciales de un nombre despreciado en el vientre, moretones en pecho y cuello. Por supuesto que odiaba cada una de ellas, pues significaban sufrimiento, pero a la vez estaba decidido a acostumbrarse a ellas y amarlas como parte del hombre de su vida.

—¿Te gusto aún con todo esto sobre mi piel?— preguntó el ojigris, notandose nervioso y con escalofríos.

—Me gustas sin importar cualquier cosa, y nada de esto es tu culpa— respondió sintiendo cierta tristeza.

He Tian sonrió con ternura, aliviado de escuchar tal sinceridad de alguien como Shan.

—Entonces apresurate y quítate la ropa, también quiero verte— pidió luego ansioso.

Obedeciendo en silencio, Mo se desvistió lo más rápido que pudo bajo la intensa mirada del pelinegro, quien se relamió los labios cuando por fin pudo tenerlo completamente desnudo frente a él.

—No me cansaré de decirlo nunca... tu cuerpo es digno de un modelo— comentó Tian agitado. Mo Guan sonrió con insinuación.

—Tú no te quedas atrás, idiota.

Dicho esto, se abalanzó hacia el más alto y lo empujó a la pared, sacándole un jadeo de sorpresa. Ahí, acorralandolo con ambos brazos a los lados sin poder dejarle huída de ninguna forma, le dio un beso en la frente.

—¿Qué...?

—Será la primera vez que lo haga de esta manera, ya lo sabes. ¿Estarás bien?— preguntó preocupado, pero He Tian sonrió y le acarició la cabeza.

Si te importo, sálvame. (He Tian & Mo Guan) 19 Days.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora