She Li se había quedado de nuevo solo en esa enorme habitación. Su estómago ya estaba lleno, al menos, con buena comida y necesitadas cantidades de agua. Al fin se sentía tranquilo, a pesar de la conmoción de hace tan sólo dos horas.
Sorprendente la herida en su costado dolía, algo que era poco común. Quizá el estrés acumulado junto con medicinas que nunca antes había recibido, fue lo que ayudó a que su cuerpo se relajara lo suficiente para llegar a sentir algún dolor. No lo sabía, pero tampoco quiso pensar mucho en ello.
Se acostó cómodamente sobre la cama y decidió dormir algunas horas, aprovechando que nadie lo molestaría y que se encontraba en un lugar seguro. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se sintió de esa manera.
Suspiró con cuidado de no moverse mucho y miró al obscuro techo, ese que era apenas iluminado con las tenues luces que venían de la ciudad a través de la ventana. Sí, era un lugar bonito y eso debía admitirlo, aunque también lo hacía pensar.
¿Cómo se sentía con todo lo que sucedía? No estaba seguro, se trataba de demasiadas cosas a la vez, y tanto su cabeza como sus emociones no podían soportarlo.
Estaba el hecho de que su jefe probablemente sabía todo lo que había hecho, incluyendo por supuesto que entregó valiosa información a grupos de mafias enemigas. Sin duda la próxima vez que viera a Connor sería su fin, no podría huir.
Bien, su reputación en el trabajo estaba acabada. Pero... ¿Qué pasaba en lo personal? No tenía amigos que lo apoyaran, eso lo sabía, ni tampoco podía contar con sus padres, pues ellos no estaban enterados de nada. ¿En quién podía confíar ahora?
De pronto se le vino a la cabeza He Tian. ¿Realmente era un aliado? No, claro que no. El tonto plan que ambos tenían desde el principio sólo era por conveniencia, nada más. El pelinegro saldría vivo y She Li ganaría un muy buen puesto en el mundo al derrotar a alguien tan poderoso. Al menos, ese era el objetivo desde el comienzo.
Tian lo protegía porque era importante para la misión, sin embargo el odio se sentía hasta palpable. A la primera oportunidad éste acabaría con él, y el moreno lo sabía. ¿Se encontraba realmente seguro ahí?
También estaba Mo Guan Shan... Ese chico que conocía desde años atrás. Recordó cómo lo había obligado a unirse a su grupo de matones, y es que salvarle la vida fue algo que sólo hizo sin pensar, pero vió ahí el momento indicado para reclutarlo aquel día.
Ese pelirrojo le había enseñado mucho, aunque odiaba admitirlo. Éste siempre lo detenía cuando golpeaba a otros o intentaba hacer algo ilegal, y aunque en esos tiempos lo detestaba, Mo fue el impulso que necesitó para querer ser una mejor persona. No podía asegurar que le tenía cariño, pero por lo menos sí una especie pequeña de afecto.
Por supuesto que She Li jamás iba a lograr ser un ángel, pero intentaba cambiar su vida poco a poco. Por alguna razón estaba ayudando a salvar a He Tian. ¿No es cierto?
Pero... por más que lo intentara, sabía perfectamente que las cosas no saldrían bien para él al final, pues no lo merecía. Había hecho mucho daño, demasiado, y su vida no terminaría de la mejor manera por culpa de ese pasado.
Entonces suspiró una vez más, sintiendo una fuerte presión por todo el cuerpo, y se llevó las manos a la cabeza para cubrirse el rostro. Tuvo que liberar un poco sus pensamientos.
Se estaba volviendo loco, y eso le aterraba cada vez más. No era capaz de controlar sus acciones frente a los demás, era como si fuera una persona completamente diferente, ya lo había visto con Guan Shan o Tian, y temía algún día matar a alguien. ¿Una vez lleva a dos? No quería, verdaderamente no deseaba asesinar a nadie más.
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Si te importo, sálvame. (He Tian & Mo Guan) 19 Days.
Fiksi PenggemarTodos conocemos el difícil carácter de Mo Guan Shan y la constante barrera que pone entre él y las personas que quieren ser sus amigos, pero... ¿Qué sucedería si comienza a ver a uno de ellos de manera diferente? He Tian había sido ese amigo no que...