He Tian despertaba poco a poco a causa de un tacto suave y constante en su cabello y mejilla. Apenas abrió los ojos pudo ver esa delicada mano que recordaba con tanto detalle acariciarle cuidadosamente el rostro.
En cuanto entendió la situación, se apartó con un sobresalto y volteó rápidamente hacia Mo Guan, quien le mostraba una sonrisa juguetona.
No pudo decir nada, ver a su amado frente a él al fin despierto y sonriendo era algo increíble. ¿Estaba soñando? La luz del amanecer entraba por las ventanas sin cortinas, dando una calidez y luz difíciles de negar. No se trataba de un sueño, sino algo mucho mejor.
—Hola idiota. ¿Cómo te sientes?— habló el pelirrojo, al mismo tiempo que retenía una leve risa. Hubiera deseado tomar una foto a esa expresión asustada de su novio.
—Estás de vuelta...— susurró el contrario aún sin poder levantar la voz.
Cada día pasado, esos en los que no se alejaba de la habitación del ojimiel, esos en los que los minutos se sentían horas mientras esperaba alguna noticia, esos en los que necesitó tranquilizantes para poder dormir... Todo había terminado, ya podía permitirse descansar de tanta angustia.
—Sé lo que sucedió— dijo Mo al borrar la sonrisa en su rostro— Lo siento tanto, no fui lo suficientemente fuerte, pero ya estoy aquí. ¿Me perdonarías por hacerte esperar?
Tian vaciló al querer responder. ¿Qué debería decir en tal situación? «Maldición, no me importa lo que tuve que esperar, ya no, lo único en mi mente ahora es que estás bien y de vuelta a mí, que no me abandonaste como tanto temía, y que sigues conmigo.»
Pero por más que necesitaba decir las palabras correctas, sus ojos se llenaron de lágrimas antes de siquiera abrir la boca. Los sentimientos le superaban.
—Oh. ¿Vas a llorar? Esto es extraño— mencionó Guan Shan, también con los ojos humedecidos.
—Tú casi... mi pequeño Mo, por poco me quedo solo aquí, yo...
—¡Hey, pero no pasó, las cosas no llegaron a algo peor, mírame!
Entonces el pelirrojo se apresuró a extender las manos para acunar las mejillas de su pareja, obligandole así a mirarlo. No iba a permitirle derramar más tristeza por él, no después de que su último recuerdo fuera tan doloroso.
—Maldición Tian, estoy bien, y jamás te abandonaré— susurró tan cerca como le fue posible sin la necesidad de moverse tanto.
—Lo siento, es sólo que... aún no puedo creer que hayas muerto de verdad.
—Pero regresé.
—Sí, lo hiciste, y estoy tan feliz por ello.
Sin aviso el pelinegro se inclinó hacia la boca del menor y le entregó a éste un par de besos profundos y emotivos, justo lo que ambos necesitaban. La acción duró dos o tres minutos antes de que se separaran para conectar sus calurosas frentes.
—Tú también estabas muy mal herido, no pienses que lo olvido— comentó Mo Guan agitado.
—Duele cada centímetro de mi cuerpo, no te lo voy a negar, pero eso dejó de importarme en los últimos días.
—Me alegro de que estés conmigo, el estúpido americano podría haberte matado.
He Tian soltó una pequeña risa de burla, pero al ver los adorables ojos de su novio, lo entendió todo. Ese día en el que estaban en peligro y no conocían el futuro, los dos tenían miedo de perder al otro. Mo a causa de las cosas que presenciaba y el dolor que sentía al darse cuenta de la verdadera situación.
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Si te importo, sálvame. (He Tian & Mo Guan) 19 Days.
Hayran KurguTodos conocemos el difícil carácter de Mo Guan Shan y la constante barrera que pone entre él y las personas que quieren ser sus amigos, pero... ¿Qué sucedería si comienza a ver a uno de ellos de manera diferente? He Tian había sido ese amigo no que...