35~ Conexión

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He Tian salió del baño al casi ser las nueve de la noche. Una ducha caliente era lo que necesitaba desde la tarde. Había cenado y puesto el pantalón de pijama, y el departamento estaba limpio y ordenado, ya con todas las luces apagadas, excepto por la de la habitación, donde lo esperaba su lindo novio.

—Tardaste mucho— se quejó el pelirrojo— ¿Al menos te lavaste bien en todas partes?

—Hasta brillo, tal como querías.

—Hueles a jabón, es bueno.

—Eso duele. ¿Acaso no te gusta mi olor de siempre?

Mo Guan se encontraba acostado sobre la cama, también bañado y usando lo mismo de ropa: un sólo pantalón de pijama prestado por su grandioso y amable compañero.

—Me encanta tu olor natural, eso lo sabes— dijo avergonzado, haciendo sonreír al más alto.

—Soy como una droga para ti, estoy seguro— bromeó.

—Tampoco deberías tener tanto narcisismo, es insoportable.

Tian rió por lo bajo mientras se acostaba al lado del menor, quien volteó su cuerpo para quedar frente a frente. Así se miraron a los ojos por un momento, ambos recordando la conversación de ese día.

—Deberías apagar la luz, no voy a levantarme yo— susurró Shan, pasando su mano por el hombro del pelinegro, acariciandolo desinteresadamente.

—¿Cómo se supone que te veré entonces? Necesito seguir admirando ese cuerpo de modelo. ¿No te parece?

Y por supuesto, a pesar de haber tenido intimidad un par de veces, y que He Tian era el típico hombre cariñoso y cursi, Mo seguía sin acostumbrarse por completo a tantos cumplidos y atención. Las mejillas le ardieron, y no pudo evitar ocultar su rostro con la almohada.

—Maldito idiota— refunfuñó, sonriendo discretamente.

—Eres adorable. ¿Lo sabías?— se burló el ojigris, pasándole la mano por el cabello— Lo he notado antes... te gusta verte rudo, pero conmigo muestras una faceta increíblemente dulce. ¿Cómo lo haces?

—Es porque eres tú, y puedo confíar en ti. ¿No es así?

La mirada de Tian se iluminó, sorprendido por tales palabras que llegaron a sus oídos. El estómago le cosquilleaba como el adolescente que era.

—Es lo que he querido desde el día en que te conocí, que confiaras en mí— susurró sonriente— ¿Eso significa que puedo ser atrevido esta noche y dar el siguiente paso?

—¿Qué ya no lo has dado?

—El paso que sigue después de ese, mi pequeño Mo.

Guan Shan vaciló por unos segundos, pensando. De pronto, el pelinegro le dió un leve beso en el cuello, haciéndolo estremecer.

—¿Qué haces?— preguntó sonrojado, sólo para ver la pícara mirada de su pareja.

—Sabes que siempre deseo hacerte sentir bien, hoy no será la excepción.

Otro beso fue directo a la mandíbula, y desde ahí He Tian aprovechó para pasar los labios a lo largo del cuello del contrario, hasta llegar a esa clavícula tentadora, donde clavó los dientes con fuerza.

—¡Agh, eso duele!— se quejó el pelirrojo, pero sin intentar alejarlo.

La marca de la mordida del mayor quedó impresa en su pálida piel. Inmediatamente lo sorprendió otro mordisco en su pecho.
Con delicadeza, después de dejar su marca también en ese lugar, Tian comenzó a lamerle el pezón derecho.

Si te importo, sálvame. (He Tian & Mo Guan) 19 Days.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora