Si te importo, sálvame. (He Tian & Mo Guan) 19 Days.

2~ Adiós

La película acabó, y con ella las palomitas y el resto de comida que antes estuvo sobre la mesa.

He Tian dormía comodamente en el sofá, acurrucando su propio cuerpo bajo una de las mantas que le había dado Jian Yi.

-Apenas comió algo. ¿Lo notaste?- mencionó Zheng Xi, mientras limpiaba la cocina.

-¿Crees que nos esté ocultando algo? Tal vez cometió un crimen, y está tan nervioso de que lo descubran que incluso no come.

-Idiota, en ese caso evitaría quedarse dormido aquí.

-En eso tienes razón. Bueno, claro, siempre la tienes.

Jian Yi dejó la limpieza y se acercó al pelinegro. Estaba preocupado por él, y quería ayudarlo. Era lo que un buen amigo hacía.

-Xixi. ¿Estará pasando por algo grave?- preguntó viendolo con atención, inclinándose un poco sobre él.

-Sea lo que sea es por el pelirrojo, estoy seguro.

-¿En serio? Creo que...

Fue interrumpido por el sonido de golpes en la puerta. Ya era tarde. ¿Quién podría estar llamando?

-¿Xixi?- Jian Yi miró a su pareja, tratando de comunicarse telepáticamente. ¿Era buena idea abrir?

Pero Zheng Xi no se detuvo a pensarlo, rapidamente fue a quitar el seguro de la puerta, por donde entró Mo Guan con su típico ceño fruncido.

-¿Qué haces viniendo tan tarde, cabeza roja?- preguntó el rubio, cruzándose de brazos -Te esperabamos hace dos horas, esto ya no cuenta.

-No vine por tu estúpida oferta. ¿Sandwiches y dinero? No creas que soy un puto niño.

-Entonces...

-Yo lo convencí- murmuró el castaño -Sabía que vendría por He Tian, y funcionó.

«Por supuesto, Xixi, tú siempre sabes qué hacer, por eso eres el mejor, por eso te amo».

-¿Dónde está él?- preguntó Mo, con notable tono amenazador.

-Espera, te dije que se veía mal y es verdad, así que trata de ser suave con él. ¿De acuerdo?

Mo Guan suspiró con pesadez, asintiendo y resignadose a la regla.

-Ven, está dormido- Jian Yi lo guió hasta el sofá, donde He Tian seguía acurrucado y produciendo un suave ronquido.

-Tiene grandes ojeras... Se ve raro- mencionó Mo, ladeando la cabeza.

«Claro, no lo habíamos notado. Me alegra que te precupes por él, y le des tanta atención. Ya lo merece»

-Oye, vamos a tu habitación, dejémoslos solos- le susurró Zheng Xi, tomándolo a la vez del brazo. Y por supuesto, no hubo objeción.

Mo Guan, al notarse solo, dirigió su mano hacia la cabeza del pelinegro, dándole una leve caricia. ¿Simpre tenía que ser de ese modo? Sólo cuando nadie está cerca, cuando ni siquiera el mismo He Tian lo sepa.

Lentamente el pelinegro fue abriendo los ojos, dejando ver sus enrojecidas escleróticas. Sonrió, como siempre lo hacía cuando estaba frente a su persona favorita, pero esta vez era diferente.

-¿Qué haces aquí, pequeño Mo?- preguntó confundido, y por un momento también desorbitado. «¿En serio me he quedado dormido en casa de ese idiota? Otro problema al que debo enfrentarme»

-Zheng Xi me ha llamado. ¿Qué pasa contigo?

-¿De qué hablas? No pasa nada.

Mo Guan tenía paciencia, era una de las cualidades que lo llevó a conseguir seguidores, pero no cuando trataban de ocultarle algo. Siempre terminaba sabiéndolo, y odiaba que actuaran como tontos ante sus preguntas.