—No te preocupes, algún día te llevaré a un gran acuario donde puedas ver tiburones. ¿Te parece bien?— decía He Tian, caminando detrás del pelirrojo malhumorado.
—No quiero tus tontas promesas, piérdete de una vez.
—Espera un momento, pequeño Mo.
El pelinegro lo sujetó del brazo, haciendo que parara su andar y volteara. Necesitaba mirarlo a los ojos al menos por unos segundos, quería ver que no lo culpara por nada.
—Lo digo en serio, te llevaré. ¿No confías en mí?
—Bien, entonces que sea pronto, y más te vale hacerlo— cedió con extraña facilidad.
—Oh, mi dulce montañita. ¿Cuándo te he fallado?
Caminaron un poco más hasta llegar al trabajo del menor. Aunque ya era tarde y la hora de cerrar estaba próxima, no iba a permitir que su jefe no le pagara lo que quedaba del día.
—Adiós, idiota— se despidió sin voltear, pero otra vez fue detenido.
—Prometo que te recompensaré por esto— susurró He Tian, acariciandole la cabeza.
—Aunque no me guste la idea de pasar más tiempo contigo... acepto eso— respondió el más bajo, de mala gana.
—Eres adorable, gracias.
Un rápido e inesperado beso en su mejilla dió paso a maldiciones y gritos. La sonrisa de He Tian se iluminó aún más.
—Me gusta cuando te resistes así, parece como si realmente no me quisieras.
—¡Es que te odio, entiéndelo de una vez!— exclamó Mo, tratando de golpearle la cara.
—No, sé lo que realmente sientes por mí, y algún día tú mismo lo sabrás también.
—¿De qué mierda estás hablando ahora? Ojalá desaparecieras y dejaras de decir tonterías sin sentido, imbécil.
—Pequeño Mo... estoy enamorado de ti. ¿Acaso no te has dado cuenta?
Las mejillas de ambos ardieron. Guan Shan no se atrevió a mirarlo a los ojos.
—Bien. ¿Qué respondes a mi confesión? Sé que es demasiado sorpresivo, pero...
—Déjame en paz, debo ir a trabajar— susurró el pelirrojo, al darle un empujón.
Entró al supermercado sin mirar atrás, por lo que no pudo ver la sonrisa triste que había aparecido en los labios de He Tian.
—¡Te esperaré hasta que salgas, quiero llevarte a casa!— gritó el más alto desde afuera, tratando de mantener el ánimo.
—Como si quisiera que me llevaras.
En un momento volteó por instinto, tratando de confirmar si ese molesto idiota que tanto odiaba en serio se iba a quedar como perrito esperando a su dueño, pero de pronto una completa obscuridad llenaba la entrada de la tienda, haciendo imposible mirar hacia afuera.
—¿Qué es...?
Todo a su alrededor se volvió negro, y entre la nada pudo ver pequeñas gritas rojas apareciendo en el aire. He Tian se encontraba frente a él, acorralado por un gran charco de sangre fresca.
—Ayúdame, sálvame de esto, ayúdame, sálvame...— susurraba una y otra vez, haciendo temblar al pobre de Mo Guan.
—¿Qué demonios está pasando?— preguntó sin escuchar su propia voz.
La humedad en su almohada lo hizo despertar poco a poco. Se sentía algo desubicado, pero sabía muy bien lo que estaba pasando.
Mo se tocó las mejillas mojadas, percatándose de lo mucho que había llorado mientras dormía. «Incluso la almohada ha sufrido las consecuencias de esto, vaya mierda... No quería que pasara así, llorar es para débiles, pero en verdad duele.»
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Si te importo, sálvame. (He Tian & Mo Guan) 19 Days.
FanficTodos conocemos el difícil carácter de Mo Guan Shan y la constante barrera que pone entre él y las personas que quieren ser sus amigos, pero... ¿Qué sucedería si comienza a ver a uno de ellos de manera diferente? He Tian había sido ese amigo no que...