She Li se encontraba dormido cuando lo despertó la repentina llegada de He Tian al apartamento. No se molestó en levantarse para ver lo que sucedía, le bastó con escuchar los gritos de los tres. Con eso supo lo suficiente.
¿Zhan Zheng Xi secuestrado? Bien, eso era nuevo, algo que jamás creyó presenciar. Al parecer el americano mafioso sí sabía lo que hacía, y vaya que lograba lastimar a sus víctimas de muchas maneras.
No se alegraba de la noticia, en lo absoluto, pero una pequeña emoción apareció en su interior. Lo que estaba pasando significaba que el juego final había comenzado, y era cuestión de tiempo para que él mismo tuviera que poner las manos al fuego y arriesgarlo todo.
Entonces, en cuanto se dió cuenta de que el molesto de He Tian y el pelirrojo se metieron al baño, decidió ponerse de pie y pensar en el siguiente plan.
Sus delgadas piernas temblaron cuando puso todo el peso en sus talones. Aún no estaba recuperado, pero al menos podía caminar y defenderse.
Con paso lento llegó a la gran ventana de la habitación y miró hacia abajo, pensando en el cruel destino que lo esperaba ahí en algún lugar de la ciudad. ¿Conseguiría salir con vida? Sólo el tiempo lo diría.
Suspiró con pesadez y llevó una mano a su herida. Aún recordaba con detalle cómo lo habían apuñalado sin mirarlo a los ojos. Esa imágen nunca se borraría de su mente, y lo perseguiría en pesadillas.
Poco a poco se levantó la camisa y estiró su piel enrojecida, revisando el progreso de lo que sería la próxima peor cicatriz en su moreno cuerpo. ¿Cómo es que tal cosa no lo mató antes? Claro, le debía la vida a esos cuatro chicos que tanto despreciaba.
¿Pero qué harían ahora? No contaban con recursos ni ayuda externa, tampoco tenían una verdadera idea de cómo acabar con tanto poder en su contra. ¿La única opción era rendirse y esperar?
De pronto oyó a Jian Yi en la sala, maldiciendo todo a su alrededor. ¿Aún seguía soñando? Parecía irreal viniendo de parte de ese lindo y adorable chico. Incluso se le formó una leve sonrisa en los labios tratándose de la primera vez que veía al rubio tan descontrolado.
Iba a acercarse para molestarlo por tal actitud que mostraba, pero se paró en seco cuando su cerebro le advirtió lo inapropiado que eso sería. Maldición, Jian Yi acababa de enterarse de que la persona que más ama estaba en un grave peligro, por supuesto que él tenía razones para comportarse de forma tan desesperada.
Entonces sólo esperó viéndolo a distancia, prestando atención a ese profundo dolor y llanto que el rubio expandía por el lugar. El ambiente ya comenzaba a sentirse pesado y triste.
She Li no pudo moverse hasta cuando se aseguró de que ese pálido chico no se levantaría más del suelo, sino que sólo permanecía ahí, llorando sin contenerse.
—Hey...
Jian Yi volteó rápidamente hacia él apenas lo escuchó, dejando al peligris ver una expresión llena de sufrimiento y obligándolo a dar dos pasos hacia atrás. No se esperaba que tal imágen le causara pena.
—¿Estás bien?— le preguntó She Li con torpeza. «Idiota, es obvio que él no está bien. ¿Por qué preguntas algo tan estúpido? Genial, ahora me odiará más.»
—Abre la puerta, por favor— susurró el menor, tratando de aguantar las lágrimas por al menos unos segundos.
—¿Y adónde piensas que irás en tu condición?
—Necesito salvar a Xixi.
—No puedes, al menos no estando así.
—¡Por favor, te lo suplico!— gritó volviéndose ronco, clara señal de una garganta lastimada.
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Si te importo, sálvame. (He Tian & Mo Guan) 19 Days.
FanficTodos conocemos el difícil carácter de Mo Guan Shan y la constante barrera que pone entre él y las personas que quieren ser sus amigos, pero... ¿Qué sucedería si comienza a ver a uno de ellos de manera diferente? He Tian había sido ese amigo no que...