Carol, solo iba persiguiendo sus sueños, siendo tan liberal y sin intensiones a ataduras, nada podía anclarla en un lugar, le gustaba volar libre como el viento.
Andrés, cansado de la vida, sin animos de continuar por el mismo rumbo, se ve envuelto...
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Alarma.
Maldita alarma.
No tenía clases, pero tilín tenía que hacer un trámite para la facultad, a las 7am.
No conocía bien la ciudad aún, así que Andrés, amablemente se ofreció a llevarme, porque sí, para fortuna o desgracia, nos habíamos mudado cerca de donde vivía, al departamento que denominé del terror. Pero bueno, aún no llegamos ahí.
Volvamos a que de verdad se ofreció, yo solo le pedí indicaciones para llegar y él dijo que me llevaría para evitar que me perdiera.
Y Marie se ofreció a acompañarnos.
Me levanté y fui al baño, lavé mis diente, acomodé mi enmarañado cabello e intenté levantar a Marie, quien seguía durmiendo.
No me hizo caso, así que me senté a escribirle a Andrés.
Carol: Águila 1 despierta, Águila dos durmiendo 🤦🏽♀
Andrés: Águila 3? Vistiéndose
Sonreí al ver su mensaje y caminé a la cocina para hacerme un café bien fuerte que me sacara el sueño.
Con café en mano me fui a vestir, después de pelear con Marie, logré levantarla ante la amenaza de que me iba sin ella.
Cuando logró estar lista, salimos al encuentro con Andrés.
—Tengo un sueño, boluda —Se quejó Marie caminando a mi lado.
—Te pudiste quedar durmiendo, es un trámite que tengo que hacer solo yo —Le recordé.
Me miró mal, pero no dijo nada hasta que llegamos con Andrés, quien ya nos esperaba en la esquina acordada.
Esa mañana estaba particularmente fría, aunque aún era verano, el otoño parecía estarse adelantando.
—Parece que alguien no lleva bien las mañanas —se burló Andrés al ver la cara de sueño de Marie.
—Cállate, boludo —refunfuñó.
—Ay boludo, la argentina —Se rió mientras se adelantaba para que Marie no lo golpeara.
Constantemente se molestaban por quien perdía más el acento que quien, pero la verdad era que Marie hablaba ya más Argentino que Dominicano. Yo por mi parte, quería creer que aún guardaba mi acento.
