V E I N T I O C H O

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Los días pasaron y yo estaba cada vez más distraída y más débil, pasaba mucho tiempo sin comer, lo que más comía era helado, porque era lo único que tenía a la mano

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Los días pasaron y yo estaba cada vez más distraída y más débil, pasaba mucho tiempo sin comer, lo que más comía era helado, porque era lo único que tenía a la mano.

No le quise decir nada a Andrés, ni a mi mamá para no preocuparlos, como había dejado de ir a que mi vecino, ya no comía nada en la noche, al menos allí resolvía una comida.

Las cosas no fueron mejor, la reunión de esa semana no me fue tan bien como en las anteriores.

—Carol, necesito hablar con usted —dijo una de mis supervisoras delante de todos— le han metido un billete falso esta semana y no se ha dado cuenta —comentó mostrando el billete.

Casi me desmayo al ver el billete en sus manos, no podía creer que había cometido un error garrafal a causa de mi despiste, la heladería se llenaba mucho de noche y trataba de atender rápido para poder ayudar a los chicos, pero está claro que mi concentración era nula.

Nos dieron un discurso acerca de estar pendiente, de cómo saber si era falso o no, qué hacer en ese caso y demás.

Me dijeron que volvería a mi otra sucursal, porque no estaba preparada para manejar tanta gente.

Es decir, volver a salir a las 3am y caminar una hora hasta mi casa.

Quise llorar en ese momento, ya no podía del cansancio.

Salí de la reunión desmoralizada, mis pies me dolían, mis hombros me pesaban, el sueño me podía, el hambre golpeaba, no podía creer que estuviese tan mal aún con un trabajo.

Volví a mi antigua sucursal y mis chicos me esperaban felices.

—Gracias a dios volviste, la otra chica era un demonio —me dijo Vane feliz de verme.

Le agradecí y comenzamos a trabajar, estaríamos solas ese día, ya que un vendedor tenía libre. 

Cuando estábamos limpiando, porque no habían clientes, -no podíamos estar sin hacer nada sin que nos retaran- me comentó que ella cuidaba pacientes en un sanatorio y le pagaban por turno.

Me interesó y le pedí que me buscara algo, me dijo que cuando ella estaba de noche, a veces no conseguía con quien dejar a sus pacientes, así que les diría a sus jefes para que yo la suplantara.

Así fue, al día siguiente me dijo que sus jefes no habían tenido problema y me esperaban el fin de semana, arregle el horario para que quedara ella de día y yo de noche, así le podía hacer la suplencia en el sanatorio.

Estuve dos semanas trabajando casi corrido, casi no llegaba a mi casa, me iba de un trabajo al otro y solo en mi día libres podía descansar, me estaba reventando, pero había logrado tener dinero para comer y para el pasaje.  

Sin embargo, en casa fuimos de mal en peor, al estar Winnie sola tanto tiempo y estando en sus temidos 6 meses, todas las noches que llegaba a casa, me encontraba un desastre nuevo, claro que si no tenía comida para mi, menos para ella, por lo que estaba muy delgada, casi en la desnutrición y yo no podía hacer nada, porque estaba igual o peor que ella. 

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