Estaba apurada por llegar a casa, debía buscar un dinero que mis padres me habían mandado y estaba sobre la hora, la clase se había alargado y aún no había sacado a Winnie, mi humor no era el mejor, debía decirlo.
Sentí mi teléfono sonar y lo saqué pensando que era el chico con el que me debía encontrar.
Andrés: ¿Quieres salir a correr ahorita?
Carol: Debo buscar un dinero ahora, estoy llegando a casa, si quieres vamos luego de eso.
Andrés: Bueno, trae ropa para que te quedes de una vez.
Renegué pero igual acepté, cuando el colectivo entró en mi calle, me apresure a caminar para tomar mi bajada, caminé rápido hasta casa, tiré mi mochila, tome a Winnie y salimos de una vez, la vuelta fue rápida porque estaba apurada, pero me aseguré de que hiciera todas sus cosas antes de volver al departamento, me cambié de ropa por algo deportivo y saqué mis libros de la mochila para meter ropa en ella.
Winnie no solo lloró, sino que hizo un escándalo mientras esperaba el ascensor, fui corriendo hasta el punto de encuentro con el chico, aún no había llegado, así que le escribí y esperé unos cuantos minutos hasta que llegó, conté el dinero para asegurarme que estaba completo y lo guardé en mi zapato; era de noche y estaba sola.
Me despedí del chico, asegurando que volveríamos a cambiar y me fui a casa de Andrés, que no estaba lejos de ahí.
Carol: Baja.
Carol: Estoy abajo.
No me respondió, me senté en las escaleras del edificio, viendo como todo el mundo entraba y salía, viéndome como una loca, seguramente.
Sentí el teléfono sonar.
Andrés: Perdón beba, estaba en el baño.
Carol: Di la verdad.
Carol: Ya no me quieres.
Ya no estaba en línea así que guardé mi teléfono y me paré frente a la puerta a esperarlo, lo vi salir del ascensor y moví mis dedos para que se apurara lo vi rodar los ojos y abrió la puerta.
—Me acosaron, robaron, violaron, secuestraron, me mataron y tu ni cuenta —exagere al pasar frente a él.
Me dio un golpe en la nuca y siguió caminando a mi lado.
—Con eso no juega —me reprochó.
—Con eso no se juega —repetí en modo de burla y me reí de su cara exasperada.
—Eres molesta —rodó los ojos.
—Si, si, lo que digas, así me amas —le saqué la lengua y él negó con la cabeza.
Una vez dentro del departamento, tiré mi mochila y me tiré al piso, saqué mi zapato y guardé el dinero dentro de mi monedero.
—Hay money —murmuró viéndome contar de nuevo el dinero.
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Entrelazados ✔
RomanceCarol, solo iba persiguiendo sus sueños, siendo tan liberal y sin intensiones a ataduras, nada podía anclarla en un lugar, le gustaba volar libre como el viento. Andrés, cansado de la vida, sin animos de continuar por el mismo rumbo, se ve envuelto...