La noche anterior ni Andrés, ni yo habíamos dormido, por lo que me desperté a las 3pm con una llamada de mi mamá.
Pegué un brinco cuando escuché el teléfono sonar y salí a la cocina para atender.
—Hola mi amor, dios te bendiga, ¿estabas estudiando? —Preguntó mi mamá cuando atendí.
—Hola mami, si, estaba repasando unos apuntes —me sentí fatal cuando esas palabras salieron de mi.
—¿Qué estudias? —Interrogó animada.
—Anatomía —dije irónica, pero me di un golpe en la frente cuando caí en cuenta de lo que había dicho.
—¿Eso es psicofisiológica? —Cuestionó extrañada.
—Si, má, es psicofisiológica —suspiré y me enfrasqué en una conversación acerca del cuerpo y sus reacciones químicas, por mentirosa.
Hablamos por largo rato, de mi papá, de mis abuelos y el negocio familiar, luego de asegurarme que me mandarían dinero pronto, cortó la llamada.
Me recosté de la encimera sintiendo su ausencia, lo mucho que extrañaba los abrazos de mami y las maldades de papi.
No sé cuánto tiempo pasó cuando sentí a Andrés abrazarme por la cintura.
—¿Estas bien? —Preguntó besando mi mejilla.
—Si, solo me entró la llorona —sonreí de lado y él dejó un beso en mis labios- ¿dormiste bien?
—Más que bien, mi princesa taína —dejó un beso en mi mejilla y se alejó para calentar las sobras de la cena.
Me metí al baño para adecentarme un poco, cuando salí ya él tenía la comida servida. Nos sentamos a comer en silencio, viendo una película en la computadora.
Quisiera decir que mi desliz quedó en la noche anterior, pero ese día lo volvimos a hacer un par de veces más, por lo que al caer la tarde me metí a bañar para poder ir a la farmacia.
—¿Porqué debemos ir ahora? —refunfuñó Andrés como un niño pequeño yendo al baño conmigo.
—No tuviésemos que ir si hubieses traído condones —reproche.
Se volvió a quejar y se metió a bañar cuando yo terminé de arreglarme.
Ustedes dirán, ¿necesitan más condones? Y es aquí donde les digo, no, necesitábamos una maldita pastilla de emergencia porque el señor no consiguió los condones, que según él, tenía en su casa y aunque no planeábamos volverlo a hacer, él era insistente y yo débil.
Eso quedó claro.
Salimos al final de tarde, cuando llegamos a la farmacia ya era de noche, me pidió que me quedara afuera mientras él entraba a comprar, así que lo esperé en la plaza frente a la farmacia.
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Entrelazados ✔
RomanceCarol, solo iba persiguiendo sus sueños, siendo tan liberal y sin intensiones a ataduras, nada podía anclarla en un lugar, le gustaba volar libre como el viento. Andrés, cansado de la vida, sin animos de continuar por el mismo rumbo, se ve envuelto...