S E I S

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Como cada miércoles, íbamos Marie, Andrés y yo en el colectivo, agotados de otro día de facultad

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Como cada miércoles, íbamos Marie, Andrés y yo en el colectivo, agotados de otro día de facultad.

Marie iba sentada a mi lado y Andrés estaba parado cerca de nosotras.

Bajamos en nuestra parada, aunque Andrés se bajaba antes, era usual que pasara primero por nuestra casa.

Entramos arrastrando los pies y fuimos directo al cuarto, Andrés se tiró en mi cama, yo a un lado de él y Marie lo hizo en su cama.

—¿Cuándo termina esta tortura? —pregunte llorando.

—No llevamos ni un mes de clases —Se rió Andrés acomodándose en mi cama.

—Hay otra cama, ve a la otra —lo corrí para acomodarme mejor.

—No, esta me gusta más.

Me sacó la lengua y rodé los ojos  fastidiada, me levanté para hacer la cena y ellos se quedaron hablando en el cuarto felizmente.

Cuando termine cocinar los llamé por la ventana de la cocina, que conectaba con la ventana del cuarto.

Vi a Andrés acostado en las piernas de Marie mientras esta le hacia cariño en el cabello, ignore lo que aquella imagen removió en mi interior y los llamé a comer.

La primera en pararse fue Marie y corrió a buscar su plato.

—Nos interrumpiste boluda, me estaba hablando de su novia —Se quejó y volvió al cuarto con su plato.

Andrés se acercó y tomo su plato con una sonrisa y murmuró un gracias antes de sentarse en la mesa a comer.

Tome mi plato y me tiré en el piso a comer en silencio, él me vio extrañado, pero se sentó a un lado de mi para comer también en el piso.

No nos dijimos nada, comimos en silencio, ¿qué le podía decir?, 《todo bien, me acordé que tienes novia y me entró un bajón de ánimos》, porque para ser sincera sí, cada vez que recordaba su accesorio me daba un bajón de ánimos, era recordar que cada que coqueteábamos estábamos haciendo mal y que a su vez no iba a pasar nada.

Marie salió a dejar su plato en el fregadero y anunció que se iba a dormir, se despidió de nosotros y nos dejó solos en el piso de la sala.

—¿Estas bien? —preguntó Andrés acariciando mi cabello.

Asentí sin poder decir nada y cerré los ojos disfrutando de sus mimos.

Entrelazados ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora