Caminé apresurada por el pasillo desolado de la facultad pretendiendo llegar rápido a la parada, era muy tarde, me entretuve hablando con el profesor sobre unas dudas y ya iban a dar las 9pm, cuando me acerqué a la entrada del pasillo 0, encontré a Andrés con los brazos apoyados en sus rodillas con la cabeza gacha.
Lo miré extrañada y me acerqué a él, toqué su hombro para llamarlo.
—Hey tú —lo saludé.
Él levantó la mirada y me sonrió de lado.
—Tardaste hoy —murmuró levantándose.
—¿Qué haces aquí? —Pregunté confundida mirando la facultad sola.
—Esperándote para acompañarte a casa —informó comenzando a salir de la facultad.
Aún más extrañada que antes lo seguí y traté de asimilar lo que había dicho, su última clase fue a las 2pm y lo vi irse a su casa, es decir, solo volvió para buscarme.
—¿Hace cuándo me esperas? —Indague curiosa.
—Un cuarto para las ocho —dijo sin mirarme, mi clase terminaba a las 8:14.
Seguía sin creerme toda la situación, esperamos juntos el colectivo en silencio, cuando este llego lo detuvo por mi, nos sentamos en los últimos puestos, me pasó un audífono y me recosté del asiento cansada.
Lo miré curiosa, se veía pensativo mirando al piso del colectivo.
—¿Todo bien? —Lo empujé con mi hombro haciendo que me mirara.
—Si, mana —sonrió y le subió volumen a la música.
Traté de sacarle conversación, pero se notaba apagado, cuando llegamos a mi parada, caminó en silencio todo el tramo hasta mi edificio.
Algo le pasaba y no me quería decir, cuando iba a entrar, noté que no me seguía, así que me regresé y le hice una seña para que entraramos al edificio.
—No voy a subir, debo ir a hacer compras —Hizo una mueca con sus labios al ver mi cara.
Fruncí el ceño y lo miré sin entender qué pasaba.
—Son las 9:14, no vas a encontrar el súper abierto —le avise revisando mi reloj— puedes decirme porque actúas raro y ¿nos ahorramos este momento?
—No pasa nada, todo está bien, si no es tarde cuando vuelva, paso a saludar a Marie —se acercó y dejó un beso en mi frente— te quiero, princesa taína —Se fue.
Con toda su actitud extraña, dejándome petrificada en la entrada del edificio, te quiero, era la primera vez que lo decía y me removió todo.
¿No es solo físico?
Entré al edificio arrastrando los pies, confundida por lo que había pasado y sin ganas de ver a nadie, el portero de la noche era amigable, pero pareció ver en mi cara que no estaba de ánimos, por lo que solo me sonrío cuando le pasé por un lado.
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Entrelazados ✔
RomanceCarol, solo iba persiguiendo sus sueños, siendo tan liberal y sin intensiones a ataduras, nada podía anclarla en un lugar, le gustaba volar libre como el viento. Andrés, cansado de la vida, sin animos de continuar por el mismo rumbo, se ve envuelto...