A veces todo puede ir muy bien, pero siempre la vida te va a recordar que no puedes acostumbrarte a lo bueno.
A veces aguantamos mucho pensando que las cosas van a ser mejor a futuro, a veces tiramos tanto de la soga, que se tensa y se rompe.
Eso fue lo que nos pasó a Andrés y a mi, tiramos mucho de la soga y la rompimos, no nos dimos cuenta de lo mucho que forzamos la situación hasta que nos destruimos.
Quise creer que todo funcionaria, que nuestro amor sería suficiente para sanar viejas heridas y crear nuevas historias.
No pude estar más equivocada en la vida.
Ese fin de semana lo recuerdo con miedo, porque me rompió el corazón en pedazos, por cuarta vez.
Andrés se fue a la casa de su padre, yo me quede en la ciudad cuidando de Winnie, aburrida y sin mucho que hacer, fui a comer con mis vecinos y mi vecina me dio la noticia de que su amiga necesitaba que alguien la cuidara porque no podía hacer mucho por sí misma a causa de una operación que había tenido, así que quedó de hablar con ella y avisarme. Sabía que estaba buscando trabajo y todo lo que veía, me lo pasaba, lo bueno de ese trabajo era que estaba a un lado de mi casa y era solo de noche, podría estudiar por el día y a Winnie no le alteraría el horario, ya que ella dormía sola y por la mañana la buscaba, ya que casi todas las noches yo dormía con Andrés.
Solo quería hablarlo con Andrés para saber que opinaba él, ya que si alteraba nuestra rutina.
Me pasé limpiando todo el día, acomode la casa entera, una de las piñas que había llevado de la casa del padre de Andrés la puse de centro de mesa y ordené todo lo mejor que pude.
Cuando me sentí satisfecha con el resultado, decidí ir a correr a la plaza, Andrés se había ido el día anterior y me había dicho que no regresaría sino hasta el domingo, así que ese sábado por la noche estaba más sola de la una, en teoría.
Tomé a Winnie, tomé un abrigo, los audífonos y el teléfono, salí cerrando bien todo y fui a la plaza.
Cuando llegue me entere de que había feria, lo cual era un punto negativo, no podía soltar a Winnie porque se iría derecho a los puestos, así que la llevé hasta el otro lado y la solté con supervisión, más no corrí, no podía ponerle el ojo a la bebé y correr al mismo tiempo sin el riesgo de caerme, caminamos un rato y tomé algunas fotos de ella jugando y peleando con otros perros.
Era de esas madres cargosas que tomaba fotos de cualquier cosa porque todo lo que hacía su hijo le parecía tierno, en este caso, de mi perro.
Estaba riéndome de unas fotos graciosas que había sacado cuando me entró un mensaje.
Andrés: On tas?
Carol: En la plaza.
Andrés: ¿En qué parte?
ESTÁS LEYENDO
Entrelazados ✔
RomanceCarol, solo iba persiguiendo sus sueños, siendo tan liberal y sin intensiones a ataduras, nada podía anclarla en un lugar, le gustaba volar libre como el viento. Andrés, cansado de la vida, sin animos de continuar por el mismo rumbo, se ve envuelto...