Seguíamos acostados en su cama, sin hablar, solo abrazados.
De cierta forma sentía que los dos nos sentíamos culpables y lastimados.
—Sé que no es el momento adecuado —interrumpió Andrés mis pensamientos— pero ese vestido me está tentando mucho.
Me reí en voz alta, porque sabía que se había tardado mucho en hacer un comentario de los suyos.
—¿Y si te digo que cargo encaje? —Pregunte pícara.
—Eres cruel —se quejó acariciando mis muslos— ¿sigues sin cuidarte? —Preguntó serio.
—Mi vida sexual es nula, así que si —asentí distraída.
— Creo que tengo un condón —lo miré con una ceja alzada y me sonrió de lado.
—Andrés, no es momento —dije un poco nerviosa.
—¿Has estado con otros? —Cuestiono algo ansioso.
Lo miré seria, sentía que no era un tema a discusión. Después de todo mi vida sexual no le competía a nadie más que a mi y de haber estado o no con otras personas, no le debía explicaciones de ese tipo, de igual forma no sentía que fuese algo que tuviese que ocultar como un valioso secreto, así que negué con cuidado y me aparte un poco de él.
—Solo he estado contigo, que salga con otros no quiere decir que vaya de promiscua —respondí entre seria y sarcástica.
—Perdón, sé que estás en tu derecho si decides hacerlo —habló incómodo.
No le dije nada, sí, estaba en mi derecho, así como él si lo hacía con otras, pero yo no era así, esa clase de confianza con otras personas no era parte de mi. La comodidad que sentía con Andres no la tenía con nadie más, es por ello que me seguía aferrando de alguna forma ese vínculo forzado que ambos teníamos.
Comimos juntos, dormimos y al final si terminamos haciendo el amor esa tarde, fue una estupidez ceder por parte de ambos, porque no habíamos cerrado el tema, pero de alguna forma se sentía correcto.
Me acompañó a buscar a Winnie y la llevamos a la plaza juntos, algo simple, pero que hacía mucho tiempo no hacíamos y que nos conectaba, la bebé fue una traidora, se desarmó al verlo y solo quiso caminar con él.
De cierta forma ella también sufría cuando él y yo estábamos mal, a pesar de que Andrés la quisiera y la cuidara de vez en cuando, ella seguía siendo mía, no de la relación, por lo que tampoco se veían si estábamos peleados.
Pasamos una linda tarde, algo diferente pero común, hicimos lo que habíamos dejado de hacer, fuimos a cenar a nuestro lugar favorito y Winnie amó la compañía y atención, se sentía como si nada hubiese pasado.
—Chiquita de papá, ¿quien me quiere? —le hablaba Andrés a Winnie mientras ella le lamía la cara.
Sonreí ante la familiar imagen, ella estaba feliz con él, así como yo.
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Entrelazados ✔
RomanceCarol, solo iba persiguiendo sus sueños, siendo tan liberal y sin intensiones a ataduras, nada podía anclarla en un lugar, le gustaba volar libre como el viento. Andrés, cansado de la vida, sin animos de continuar por el mismo rumbo, se ve envuelto...