N U E V E

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Estaba en la parada del colectivo esperando para ir a mi casa, tenia clase hasta las 8:30pm como cada martes, tanto Andrés como Marie salían mucho mas temprano, así que me tocaba esperar sola

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Estaba en la parada del colectivo esperando para ir a mi casa, tenia clase hasta las 8:30pm como cada martes, tanto Andrés como Marie salían mucho mas temprano, así que me tocaba esperar sola. El colectivo se tardaba en pasar y hacia frío, por lo que a cada rato miraba la hora desesperada.

Pasaba de una pierna a otra de manera constante sin poder contener el frío que tenía, sentí mi teléfono vibrar y y con los dedos dormidos logré desbloquearlo.

Llamada entrante Lucho.

Suspiré dudosa de si contestarle o no, igual no tenia nada que perder, miré a los lados y atendí.

—Dime.

—¿Todavía estas en la facu? —Preguntó apresurado.

—Si, estoy en la parada —dije recelosa mirando otra vez a ver si venía mi colectivo.

—Me estoy dando vuelta, ya te busco, espérame ahí —dicho aquello cortó.

Mire a todos lados extrañada, después de nuestra pelea dos semanas atrás no habíamos vuelto a hablar.

No tardó ni 5min en aparecer frente a mi, me subí al auto, lo saludé un poco reservada y él arrancó enseguida.

—¿Porque no me has escrito? —Cuestinó mirándome de reojo.

—¿Que eres idiota? —Repliqué indignada— después de tu actitud de mierda crees que quiero hablarte —solté irónica.

— Perdón flaquita, sabés que te quiero, ese día me molestaste —Intentó tomarme de la mano pero le esquivé.

—Ay ajá —rodé los ojos irónica—llévame a mi casa —pedí cansada.

—¿Ya no me querés? ¿Andás con otro? —Soltó molesto acelerando el auto.

Y dirán, se mató esta pendeja, pero no, eso era normal cuando él se molestaba, hacia de loco en la carretera.

—Luciano, no te hagas el idiota, no estoy con nadie, estoy cansada de tus actitudes, es todo —hablé calmada, pero con ganas de soltarle un buen coñazo.

Él siguió peleando y reprochando hasta que me dejó una calle antes de mi casa, -ya que no tenía la dirección real- me bajé azotando la puerta y me incliné a hablarle.

—No me busques más en tu asquerosa vida, pedazo de idiota.

Me enderece y caminé lo más digna que pude hasta mi casa, ignorando todos los gritos que tiraba detrás de mi para que me detuviera.

Entrelazados ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora