Carol, solo iba persiguiendo sus sueños, siendo tan liberal y sin intensiones a ataduras, nada podía anclarla en un lugar, le gustaba volar libre como el viento.
Andrés, cansado de la vida, sin animos de continuar por el mismo rumbo, se ve envuelto...
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Marie y yo íbamos bajando el ascensor para encontrarnos con Sam y Andrés, era jueves por la noche y yo había agarrado la gripe que Marie ya había pasado.
Según yo, no hacía tanto frío, así que ilusamente me había puesto un short -muy corto- floreado y un buzo amarillo, cuando llegué abajo me di cuenta de mi terrible error. Hacia un frío del carajo.
Marie abrió la puerta mientras me abrazaba con mis brazos para no soltar un quejido por el frío.
—¿Porqué tienes la nariz tan roja? —preguntó Andrés cuando se acercó a mi para saludarme.
—Marie me contagió su gripe —hablé ronca con la nariz tapada.
Él hizo una mueca me alejé para saludar a su hermana.
Comenzamos a caminar por las calles de la fría ciudad, iba en silencio a un lado de Andrés. Tratando de no morir a causa de la congestión y mi falta de abrigo.
Marie quería comer helado, le dijo a Sam y ésta a su vez le dijo a Andrés, así que ahí íbamos camino a la heladería a causa de un antojo de Marie.
Cuando llegamos a la heladería cercana, Andrés dijo que los helados de la otra heladería eran más ricos, así que hubo un mini debate acerca de si ir o no, porque era más lejos y más cara.
Al final ganó Andrés y seguimos caminando a la otra heladería que estaba a 3 cuadras más adelante. Cuando llegamos, agradecí la calefacción y me senté a esperar que ellos pidieran.
—Mana, ¿que helado vas a querer? —preguntó Andrés acercándose a mi.
—Yo no como helado Andrés, además con la gripe que tengo, puedo morir de una pulmonía si como algo frío ahora —refunfuñé rodando los ojos y él me miró apenado, sin decir nada volvió con las chicas.
¿Qué helado vas a querer?
Idiota, como si con la gripe que tenía podía tomar helado.
Admito, estaba de mal humor, pero no era culpa de Andrés, estuve todo el día con migraña, con fiebre, dolor de cabeza, de garganta y una congestión nasal de la mierda, encima tuve que salir porque Marie quería helado.
Maldita Marie.
Cuando les dieron sus helados se sentaron en la mesa que yo ya había apartado y se pusieron a hablar animadamente, yo solo esperaba que comieran rápido para irnos.
Cuando Andrés termino de comer su helado le dijo a algo a Sam y salió de la heladería murmurando un ya vuelvo.
Vi por donde se había ido, pero estaba un poco desorientada, además con el malestar que tenía, no había ni prestado atención por donde habíamos caminado.
Escuché a Marie y a Sam hablar de ropa, de chicos y otros temas tontos que no me interesaban, estaba recostada del vidrio lidiando con mis mocos cuando vi a Andrés volver.
