Capítulo 9

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Las clases habían acabado y Felix esperaba a Seungmin en la puerta de la escuela, aún estaba en pie la invitación a ir a comer del día anterior, el rubio estaba emocionado de conocer más de Corea. El poco tiempo que había estado, no había ido muy lejos de donde está la escuela.

Seungmin llegó a donde estaba el australiano – Hola Felix, vamos al estacionamiento que haya esta mi auto. – el pecoso siguió al menor, ambos subieron al vehículo y emprendieron marcha.

Cuando iban al centro de Seúl, el mayor estaba realmente fascinado con todo lo que veía a su alrededor, era unas grandiosas primeras impresiones de la ciudad. El pelirrojo veía de reojo a su acompañante, no podía evitar sentir que era la imagen más adorable que había visto en tanto tiempo, el rubio parecía un niño pequeño emocionado con todo lo que veía a su alrededor.

Llegaron a donde comerían y se sentaron en una de tantas mesas desocupadas, una señorita les llevó el menú. Felix aun no entendía mucho el idioma así que le costaba demasiado leer el menú.

– Felix ¿listo para ordenar? – preguntó el coreano ya que la señorita que los atendía esperaba a que le dijera que comería.

Señaló lo único que entendía que era "pollo frito", le daba pena admitir que no comprendía todo lo que venía en el menú.

Después de un rato conversando llegó la comida. Los chicos comían y platicaban, entonces el australiano supo que sus suposiciones de su contrario eran ciertas, Seungmin era una gran persona, muy amable y cortés.

Pasar el rato con Seungmin era demasiado agradable, había risas y muy buenas anécdotas sobe la niñez por parte del coreano. Felix prefería hablar más del presente.

– Y dime Felix ¿Te gusta vivir solo? – preguntó el menor mientras se limpiaba con una servilleta.

– La verdad no me acostumbro mucho, y menos que no tengo absolutamente nada, no he comprado nada así que por ahora me alimento a base de máquinas expendedoras. – el rubio quería que sonará como si no me importase, pero la realidad es que su situación le ponía muy triste, pero como se dijo, debía ser positivo.

– Tengo una gran idea – dijo sumamente emocionado el pelirrojo – puedo acompañarte a comprar todas las cosas que necesites, decoremos tu apartamento de una manera que te guste mucho para que ya no solo sea un departamento, sino, que sea tu hogar.

– ¿En serio me ayudarías a eso? – Felix abrió los ojos, era demasiada amabilidad – te lo agradezco con todo el corazón, muchas gracias – expresó felizmente. Le hacía feliz alguien se preocupará así por él.

Terminaron de comer, pagaron la cuenta y salieron directo al distrito comercial.

Entraron a una tienda donde vendían muchas cosas para el hogar y ropa. El mayor compró algo de ropa más protectora para el frio, algunas sabanas, almohadas, cojines, porta retratos y muchas cosas parecidas.

Llegaron a la sección de jardinería. A Felix le encanta estar al aire libre, pero al vivir en un apartamento no tenía mucha posibilidad de ello.

– Que ganas de tener un jardín. – dijo un poco triste mientras veía los estantes.

– Pero si puedes tener algo parecido Felix – el menor dejó a un lado el carrito de comparas – mira quizá no tengas un enorme jardín lleno de flores, pero – tomó una maceta – mira con unas macetas lo haremos tu espacio.

Al pecoso le emocionó demasiado la idea y agarró tantas macetas como pudo las cuales pondría en todos lados.

– Oh espera Minnie – paró al menor que ya había empezado el camino a las cajas – deja tomo esta cuerda y esos broches. En la lavandería me dijeron que es muy normal que se descompongan las secadoras, así que mejor lo llevo por si de ser necesario tenga que secar mi ropa en mi apartamento.

Loneliness || Lee FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora