Loneliness || Lee Felix

Capítulo 49

Llegó ese 14 de febrero, el día en que todo lo que podía salir mal, salió mal.

Felix se sentía algo ridículo porque llevaba un peluche de gato guardado en la mochila. Ese peluche se lo daría a Changbin, recordando cuando el mayor decidió darle un peluche a él para hacerle sentir mejor.

Después de contarle la verdad, sabía necesitaría hacer sentir mejor al azabache, no sabia exactamente como lo haría, pero Felix intentaría ayudar a que Seo se sintiera mejor.

Iba el rubio por un desolado pasillo ensayando con susurros las palabras exactas que le diría, le había costado desvelarse pensando en que palabras serian las mejores para el azabache. Eso hasta que sintió a alguien tocar su hombro. 

Al dar media vuelta y ver de quien se trataba, el discurso previamente memorizado, se fue de su mente.

– Lixie, que bueno que te encuentro – dijo el mayor con una sonrisa.

– Binnie, quería hablar contigo.

– Espera Felix, solo necesito que me hagas un pequeño favor, mira toma esto – el pelinegro le extendió al australiano un gran ramo de flores. Por microsegundos, los ojos del menor brillaron con emoción, su corazón albergaba la esperanza de ser el dueño de dicho regalo. Eso, hasta que Seo terminó de dar sus órdenes – ¿Puedes dárselo a Hyunjin por mí? Por favor, en la nota dice de quien es. Tengo que hacer unas cosas y temo perder el ramo antes de dárselo.

– Pero Changbin, de eso quería hablar – el menor tomó con su mano libre la mano contraria, esperando así el azabache sintiera el apoyo – no encuentro las palabras correctas y creo que simplemente no existe una manera buena de decir esto, pero debes saberlo. En realidad, Hyunjin no quiere una relación contigo. Sé que es difícil de escuchar, pero él quiere a Jeongin el hermanito de Chan, el mismo Jeongin me dijo que...

– ¿De dónde sacas esas mentiras? – Changbin interrumpió a su contrario y se soltó de su mano – ¿Por qué quieres mentirme? – la cara de Changbin había cambiado a una muy molesta, se le veía un poco roja, pero no por un sonrojo, sino de coraje.

Seo Changbin no toleraba las mentiras, y al sentir como Felix podría estarle mintiendo, el enojo incontrolable se hizo presente. De cierta manera se sentía traicionado por quien creyó era su amigo.

– Changbin, yo – el pecoso tomó aire muy profundo, no quería titubear al decirle lo que sentía – me gustas, desde el momento que te conocí sentí algo por ti. Yo solo quiero cuidarte, deseo que nunca te hagan daño. Por eso quiero ver por tu bien y al enterarme de que alguien te hacía daño sin que tu supieras, no pude quedarme callado, yo no me iba a quedar viendo como jugaban contigo.

Changbin dejó que el coraje se apoderara de él. El pelinegro era una persona muy pacífica y cariñosa, pero molesto, podía ser el humano más grosero que podría existir.

– Felix, seré sincero contigo, aunque duela. Supéralo, he estado enamorado de Hyunjin desde hace años – el pelinegro sentía que algo estaba mal en sus pablaras, su inconsciente quería callarlo de una vez, pero parecía no tener manera de callarse – no me gustas y no lo harás, perdón si en algún momento te mandé señales confusas, pero no, no me gustas y espero se te quede grabado en tu cabecita – con mucha fuerza, el mayor arrebató las flores de las manos del menor – se las daré yo mismo.

Changbin estaba a punto de tomar camino a otro lado, hasta que el pecoso lo tomó del brazo, impidiendo que siguiera su camino – Changbin, no te estoy diciendo esto solo porque me gustes, lo digo porque quiero protegerte.

– ¿Te lo pedí? No ¿verdad? Además ¿Por qué me dices apenas hoy? ¿Estabas esperando el momento para confesarte y en el camino decirme eso? – Seo quitó bruscamente la mano del rubio de su brazo.