Capítulo 15

34 7 8
                                    

Habían pasado algunas semanas desde la llegada de Felix a Corea, no habían sucedido cosas sumamente interesantes.

Su vida consistía en salir con Seungmin, Wonpil y Dowoon en las tardes, platicaba con Jisung entre clases, saludaba a Chan y Jeongin cuando los veía por los pasillos y, sobre todo, lo mejor de todo lo que había hecho en su estadía en Corea, estar en club de música con Changbin.

Para el rubio era algo lindo pasar tanto tiempo con el azabache, había vuelto a aprender tocar guitarra, como cuando estaba en Australia. A veces él y el pelinegro se reunían en su casa del mayor para tocar guitarra y cantar canciones, otras veces iba a su casa para cocinar muchos postres con la señora Seo, los cuales Changbin devoraba.

Había conocido mucho mejor al mayor, era una hermosa persona y estar a su lado lo hacía sentir como en un hogar.

Por más que lo pensaba y lo pensaba, creía que había descubierto que pasaba en su cabeza: empezaba a gustarle Changbin.

El rubio no sabía cómo tomarlo al inicio, sentía mucha culpa, y más por todos los recuerdos que lo atormentaban y no le dejarían salir nunca del estado de constantemente sentir no merecía encontrar a alguien que lo amara.

No sabía a quién contarle lo que sentía, no porque no confiara en nadie, sino que, en realidad le daba mucha vergüenza expresar lo que sentía, quizá le daba miedo la gente le dieran la espalda, prefería hablar hasta que estuviera seguro de sus emociones.

Cuando no sabía qué hacer con sus pensamientos, el pecoso iba al lugar donde Seungmin lo llevo para hablar. Era muy relajante como el aire pasaba suavemente por su rostro haciéndolo sentir libre.

– Hola, no sé si de alguna manera mi pregunta incomode o algo ¿Estas bien?

Un chico de un poco más a su altura, estaba frente al australiano, el Sol no le dejaba ver bien el rostro de aquel que le hablaba, pero su voz le sonaba conocida.

– Hola, todo bien, solo me gusta venir aquí y pensar. – respondió el rubio encogiéndose de hombros.

– Llevaba varios días viéndote aquí sentado, solo. – el recién llegado se quedó un rato en silencio – ¿Puedo sentarme?

Con la mano el pecoso le indico se sentará a su lado – Soy Felix.

– Hola Felix, creo que vamos en el mismo salón – el chico se río brevemente – soy BamBam.

– Hasta ahora no había tenido el gusto de hablar contigo BamBam. – el pecoso le devolvió la sonrisa.

Ambos quedaron viendo las hermosas nubes, el menor intentaba encontrarles formas, el castaño solo las veía con calma.

– ¿Puedo saber qué te pasa? – preguntó BamBam.

– Siento que me gusta alguien, pero, simplemente no sé porque el que me guste alguien me hace sentir tan mal.

– Quizá será que algo en tu interior que te hace dudar de ello, pero no debes dejar que esas cosas intervengan, si de verdad te gusta esa persona debes luchas contra todo lo malo que sientes, se no es fácil, pero si el amor es mutuo todo será más fácil.

– Gracias por tus consejos BamBam – el australiano vio cómo su contrario tenía la mirada perdida – ¿Puedo saber a ti que te pasa? Podría ayudarte, así como tu acabas de ayudarme a mí.

– Se de alguien que está jugando con una persona inocente, pero, no puedo decir ni hacer nada, si lo hiciera, dirían cosas de mi de lo cual no estoy orgulloso. – el mayor bajó apenado la mirada.

– BamBam, eso suena muy grave, si te están amenazando deberías llamar a la policía.

– No puedo Felix, es algo que es más que yo, la policía no podría hacer absolutamente nada porque en si no es una amenaza, solo espero esa persona con la que quieren jugar, no caiga.

– Espero lo mismo, nadie merece eso. – la mirada de ambos chicos se unió, sonriendo los dos de manera melancólica.

– ¿Puedo saber quién te gusta? – el castaño se veía demasiado confiable, era la oportunidad que buscaba el menor, sacar lo que sentía. Además, por mucha gente era bien dicho que BamBam era muy buen confidente.

– Me gusta Changbin. – dijo el pecoso mientras sonreía, recordando el bello rostro del pelinegro que robaba sus pensamientos y hacía sentir algo especial en su corazón.

– ¿Seo Chang Bin? – preguntó algo sorprendido el castaño.

– Si él. Desde que llegue a Corea y lo vi no deje de pensar en el ¿crees fuera amor a primera vista? – el pecoso exhalo profundo – a veces me siento un poco tonto, era de las personas que decía que el "amor a primera vista" es cosa que solo sale en películas y libros, y mira. – el rubio se señaló mientras reía un poco.

Antes de poder seguir hablando sonó el timbre para entrar, el pecoso ayudó al mayor a ponerse de pie y fueron al salón.

Las clases transcurrieron normales, al salir de ellas el rubio iba para casa, cuando sintió alguien le abrazaba por detrás.

– ¿Dónde te habías metido? Estos días no te he visto casi, te extraño. – le dijo esa voz con un claro puchero.

– Changbin, me siento frente a ti, tienes que ver mi fea cara todos los días. – respondió el menor mientras reía.

– No empieces con eso, está bien, lo que quise decir es que casi no habíamos hablado estos días.

– Eso es cierto ¿quieres hagamos algo para platicar un rato?

– Compramos una pizza y vamos a tu apartamento ¿te parece?

– Me encanta la idea Changbin, y me gusta pasar tiempo contigo.

Ambos chicos se fueron riendo por el camino, sin saber que alguien los observaba. Ese alguien sentía su corazón doler.



Hola a todos, espero que estén muy bien. Creo que a partir de aquí empieza un poco el drama, aunque en todo lo que escribo siempre pongo mucho drama. 

En fin, ojala que les haya gustado el capitulo de hoy.

Loneliness || Lee FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora