CAPÍTULO 5

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Ya era de noche y tenía que volver, había estado casí una hora en esa posición, temia volver a casa y ver la cara enojada de mamá o algún reclamo de su parte.

Caminaba en pasos cortos y lentos para alargar el viaje hasta casa, quedaban 4 cuadras que cruzar, tenía revuelto el estómago de los nervios, luego de unos minutos estaba frente a casa dudando en si entrar o no, tuve que ser valiente y entré asustada observando a mi alrededor.

Al entrar me percaté de un peculiar olor, con cuidado me acerqué a la cocina dándome cuenta que mamá cocinaba, caminé hasta llegar a su espalda con cuidado rodeé mis brazos en su cintura y recargué mi frente en su espalda.

-Madre ¿Ya lo pensaste? Un poquito tan siquiera- hablé aún recargada en su espalda.

-Hablé a la escuela para pedir más información sobre el viaje y dijeron que podía ir contigo, tendríamos todo pagado pero aún así tendría que trabajar allá....- por unos segundos escuché su silencio hasta que pronunció de nuevo una pregunta que cambiaría todo- ¿Estás segura de dejar todo esto atrás?- lo había pensado un poco no tenía nada que perder ni amigos, ni familiares.

-Sí mamá estoy segura, no hay nadie a quién le importe- solté esto en un suspiro, siempre me consideraron rara en todos los lugares así que siempre evitaron hablar conmigo.

-Llamaré mañana para saber cuando saldrá el vuelo- me alejé de ella soprendida ¿Acepto? ¿En serio había aceptado? Sonreía con emoción sabía que haríamos lo correcto de salir de este pueblo.

-Hilly siéntate a comer- hice caso me senté en la mesa junto a mamá comíamos alegres y sonrientes, sabía que ella estaba felíz de tomar está oportunidad y superarnos.

Cuando terminamos de comer mamá llamó de nuevo al instituto, el vuelo saldría en un mes y llegando entraría a la preparatoria llamada Escuela de Artes de Seúl, en Corea del sur, no sabría como me iría ni cómo rayos me comunicaria no hablaba el idioma pero si hablaba el inglés creo que no tendré problema alguno.

De nuevo me dirigí hasta mi habitación estaba tan felíz que decidí tomar un lienzo y un lápiz dibujando flores miles de flores de todos colores, colores alegres y que traían paz, cómo siempre plasmaba mis sentimientos trataba de ser sentimientos felices, jamás había hecho un dibujo basado en mis tristezas, a nadie le gustaba ver imágenes tristes.

Luego de unas cuantas horas sentada y concentrada en aquél dibujo lo había terminado, sonreía satisfecha giré ligeramente mi cabeza hacía mi izquierda verificando la hora, era de madrugada tenía que dormir así que salté hasta la cama para cerrar los ojos y caer profundamente dormida....

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