Vous Dessiner

CAPÍTULO 31

Era sabado por la mañana, un día lluvioso así que no saldría para nada, en mi habitación me acompañaba Winki, el lindo conejo blanco y orejas largas.

Jugaba con él, y por un momento me detuve a observarlo, me recordaba a alguien, pensaba en las pocas personas que conocía hasta que llegue a la conclusión que Jungkookie tenía un cierto parecido a los conejos.

Reí por mis pensamientos locos, aunque sus pequeños ojos brillantes y su sonrisa hacía parecerse a uno, eso era demasiado tierno.

Dejé a un lado el peluche para tomar mi cuaderno donde plasmaba todo a mi alrededor, regresé a la página donde había dibujado a Jeon junto a un micrófono.

Observaba el dibujo, pensaba y sí algún día descubría lo que tenía que decirle esa vez en el gimnasio o los dibujos sobre él ¿Qué pensaría? Me ponía nerviosa el hecho de que supiera todo eso.

Pareciera una acosadora obsesionada por él, no lo niego pues si doy a entender eso, aunque jamás haría algo loco por él.

Me apenaba por cosas que nunca pasarían o eso creía, ahora tendría que tener más cuidado donde dejo mi cuaderno, sería como ocultarlo al menos los dibujos de él.

No pensaba estar de floja todo el día, sentía como sí fuera hacer algo ilegal por el sentimiento de nerviosidad en mi estómago y mis manos cosquilleaban.

De nuevo me encontraba en mi pequeño escritorio con una página en blanco, me tentaba la idea de volver a dibujar a Jeon pero ahora en un diferente ambiente y escenario.

Empecé por trazar pisos de madera como los del estudio, seguí por la silueta de Jungkook y su cabello lacio y color oscuro.

Solamente se encontraba parado en el medio del salón mirándose fijamente a los espejos grandes del salón.

No había puesto atención al reloj, había pasado 3 horas sentada haciendo el dibujo, no me sentía mal haber estado tanto tiempo ahí, no tenía nada mejor que hacer.

Terminé aquél dibujo para después guardar bien el cuaderno, no quería que nadie más lo viera, solamente Yon y mamá sabían que dibujaba al chico.

Me encargaría de que nadie más supiera mi "secreto", quería ahorrar cuestionamientos, burlas e incomodidades.

No había caído en cuenta que esta era la primera vez que sentía esto al hacer un dibujo, tenía una justificación clara, los dibujos anteriores no eran nada más que paisajes, no intentaba dibujar personas.

Jungkook fue la primera persona con la que atreví experimentar y trazar sus gestos en un papel, la vez de la cafetería no me parecía tan especial el chico.

Pero con el tiempo me di cuenta que era muy importante, por eso lo guardo como un tesoro, no se que llamo mi atención de aquel chico, pero sólo sabía que el podía ser la clave de mejorar todos mis dibujos.

Guardé todo lo que había sobre mi escritorio y el cuadernillo lo terminé ocultando bajo mi cama, después encontraría un lugar para esconderlo.