--------------2 años después--------------
-¡Despierta!, se nos hace tarde- con el mal genio y los pocos ánimos me levante de mi cama viendo como Yon saltaba a un lado de mí.
-¿Qué tan tarde es?-
-Mentí- la miraba confundida ante su confesión- Tenia que hacerlo si te decía que eran las 5:30 de la mañana, no despertarias- eso colmo mi paciencia y con una almohada golpee su cara.
-De vez en cuando odio la escuela- sentí el frío piso en mis pies, no encontré mis pantuflas así que tuve que caminar en brincos hasta el baño.
-Lo mismo digo-
[·······]
Ya era invierno y se hacía notar por las ráfagas de aire que golpeaba mi cara.
Caminaba de vuelta a casa, por hoy las clases terminaron y deseaba con todo mi ser regresar a casa.
Con un manta encima y un delicioso chocolate caliente en mis manos.
Me detuve para esperar a que el semáforo cambiara a rojo y yo poder cruzar la gran calle.
Sólo unos cuantos minutos y estaría cerca del apartamento.
Tallaba con fuerza mis manos aunque tuviera guantes encima el frío recalaba en mi cuerpo, sabía que mi nariz se encontraba roja al igual que mis mejillas.
Mi cara estaba totalmente congelada al igual que mis manos. El semáforo cambio a rojo y rápidamente cruce el boulevard.
El frío hacia que recordara a los chicos, mi gran amigo y el chico pelinegro del cual me enamoré.
A pasado tanto tiempo y no he sabido nada de él, a pesar del mucho tiempo que ha pasado no he logrado olvidarlo.
Llegue a un momento de intentarlo pero, fallé, llevaba conmigo el mismo cuadernillo de hace tiempo atrás, los únicos recuerdos de ese chico.
Observaba cada detalle de la libreta, tenía pequeños destellos dorados dando un toque de fantasía.
Tengo este cuadernillo desde los 8 años, recuerdo la primera vez que lo vi en una tienda en Barfleur, una de muchas.
Como toda chiquilla curiosa husmeaba entre tantos libros, es ahí cuando lo encontre, los colores llamaron mi atención.
Hice un gran esfuerzo para tomarlo de aquella estantería un poco alta para mi.
Con la emoción corrí hasta mamá junto con el cuadernillo para rogar que lo comprara para mí.
Después de insistir unos 10 veces acepto, haciendo esta una fiel compañera de mis aventuras.
Salí de aquél bello recuerdo al sentir un gran golpe en mi brazo derecho haciendo que mi cuaderno cayera al piso.
Con cierta molestia volteé al ver el sujeto con el cuál me había estrellado.
-¡Fijate inútil!- no pude contener mis maldiciones, o eso pensé cuando vi que el chico giraba lentamente dejándome ver su rostro y yo quedando más sorprendida que nunca.
-¿Jungkook?-
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Vous Dessiner
FanfictionHilly Vicent, aquella chica observadora cuál su don era apreciar el arte y plasmarlo en un papel junto a sus sentimientos, dibujando paisajes y escenarios maravillosos sintiendo que necesitaba algo o alguien más bien para completar sus dibujos, eso...