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Capítulo 8: Deep Aquarium.

-¿De dónde has sacado eso?-Nash señala con ojos brillantes mi chocolate en polvo. Sonrío misteriosamente.

-Magia.-Contesto con diversión. Él enarca una ceja y le paso un sobre de chocolate para él.-Mandé ayer a mi abuela que me fueses a comprar dulces y otras cosas antes de irnos.

-Amo a tu abuela.-Besa el sobre de chocolate y me río.-También te amo a ti por ser tan generosa.-Me lanza un beso y sonrío. Escucho a Rachel reír y la miro.

-Alégrate, porque ella no suele hacer eso.-Me señala con el tenedor y sonrío ante todo.

-¿Porque estas de tan buen humor?-Pregunta Shawn.

-¿Que? Estoy normal, yo soy así.-Contesto encogiéndome de hombros.

-Pues la semana pasada parecías la persona más borde del mundo.-Apunta Hayes y le fulmino.-Vaya, parece que solo eres un ogro conmigo.

-Tú te lo buscas Grier.-Le tiro un cereal a la cara y río.

-¿Te gusta hacerme la vida imposible no?

-A ti te gusta molestarme ¿no?-Coontrataco tirándole otro cereal.

-Para.-Levanta el índice con el ceño fruncido.

-Idiota.-Murmuro dejando de mirarle. Solo él puede hundirme las mañanas.

Después del desayuno fuimos a clase. Sinceramente, las clases del lunes son las más odiosas que puedan existir en este maldito universo. Ciencias era una soberana mierda, nunca mejor dicho. Hayes era un patoso que casi no sabía echar las formulas. Quería pegarle a cada momento, por diversas razones.
Primero: era un patoso.
Segundo: como hiciera algo mal nuestro experimento se jodería.
Tercero: Me pondrían mala nota.
Cuarto: Seguía pensando en su maldito comportamiento de "adolescente enamorado".
Quinto: Me estaba volviendo loca.
Sexto: Era un idiota.
Y séptimo: Simplemente ser él me daban ganas de matarle.

-¿Cual iba ahora? ¿Azul o verde?-Lo oigo murmurar y ruedo los ojos.

-Azul.-Contesto cortante, cruzándome de brazos. Veo que agarra el bote y se lo intento arrebatar de las manos, fallidamente.- ¡Déjame a mí!

-¡No! Yo puedo hacerlo.-Reprocha.

-No seas tan infantil.-Me quejo. Al darme cuenta del silencio sepulcral de la sala doy una mirada por la clase. Abro mucho los ojos y aprieto los labios.-Hayes...-Susurro.-Nos están mirando...

-Hola.-Hayes levanta su mano y saluda al resto de la clase. Todo el mundo explota en risas y bajo la mirada llena de vergüenza.

-Muy buena Grier.-Oigo a un chico gritar.

-O'Neil.-Me llama alguien a mi izquierda. Una chica rubia, muy rubia y de unos ojos azules casi grises me mira con una sonrisa perfecta. Lleva gafas, y va perfectamente peinada, con su ropa perfectamente aliñada y planchada. Recuerdo haberla visto antes, pero ni siquiera sé quien es. Ella me dedica otra sonrisa al ver mi confusión.-Oh, perdona. Soy Claire Lopresttini.

Extiende su mano para un apretón, pero en vez de eso la choco con la mía. Ella se queda algo confundida pero al final ríe. Es guapa, a pesar de su aspecto de empollona ricachona. ¿Lopresttini? Eso es italiano, aunque sus rasgos pareces ingleses o franceses, ni siquiera americanos.

-No me llames O'Neil, por favor.-Le sonrío con gracia.-Es demasiado formal para mí.

-Vale, "Skylar".-Prueba a decir. Le hago una seña con los ojos y ella se corrige.-Sky.

Asiento después de eso. El profesor nos llama la atención y vuelvo a mi trabajo. Hayes por fin a logrado acabar la formula sin causar un desastroso accidente. Algún rato después recibo una nota; es de Claire.