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Capítulo 23: La broma del año.

Nada.
No pasó absolutamente nada.
Algún roce por aquí y otro por allá.
Pero todo seguía exactamente como siempre. Aunque no sabía si eso me aliviaba o fastidiaba.
Hoy, viernes 31 de octubre, era el día de Halloween. Y como gran regalo de la junta del consejo escolar (presionada por nosotros) nos permitieron hacer una fiesta en el internado. Fue fácil conseguir que el consejo lo aceptara, ya que Trevor era el presidente y con tal de ser aceptado por Hayes y Camille -a quienes aún no les caía-, accedió poner en marcha nuestra propuesta. Esta tarde nos habían dejado salir para buscar preparativos y disfraces, pero íbamos aprovechar el ajetreo para colar algunos amigos. Las clases acabaron a las dos y fuimos directos almorzar para irnos.

-¿Filtramos alcohol?-Preguntó Carter a Cameron en el camino a la casa de los Grier.

-Brent, Logan y su hermano Paul se encargan de eso.

-Tez va a traer papel higiénico.-Anunció Nash.

-Yo voy a comprar petardos.-Dijo Camille a su lado.

-¿Y el resto?-Preguntó Cameron en voz alta.

-Yo llevo a Tez y los otros.

-¿A qué hora llegan Lisandre, Randy, Rachel y Roxana?-Cuestionó Danny.

-A las cuatro.

-¿Hay dos Rachel?

-Sí, es su tocaya.-Asentí yo.-Pero es un año menor que yo.

-¿Y los otros tres?

-Roxana tiene 14 y los chicos 13.

-Nos llenáis de niños pequeños.-Se quejó Shawn.

-Prepárate cuando seas padre.-Le respondimos las chicas.

Continuamos haciendo nuestro plan maestro. Carter tenía que colar a 6 personas. Camille se encargaba de los petardos. Nash y Tez iban a por papel higiénico. Cameron y Shawn iban a comprar máscaras para todos. Rachel, Danny, Hayes y yo íbamos a buscar los disfraces de todos y algo de comida.
Dejamos a Carter en su casa y luego Nash nos dejó a nosotros cuatro en Walmart. Rachel, como mujer responsable, llevaba la lista de la compra.

-Danny, ve a por golosinas.-Lo señaló.-Sky, chocolate.-Asentí.-Hayes, palomitas y nachos. Yo voy a por salsa.

Los cuatro nos separamos y fuimos a nuestros pasillos. Lo gracioso era que todo quedaba en el mismo pasillo. Me habían mandado la mejor parte. Herseys, Carbury, M&M's, Snickers, Kínder...¡Nutella! He aquí la razón de mi gordura. Lo eché todo al carrito y me recosté sobre el asiento de niños. Vi a Hayes y Danny con un carrito vacío y muy sonrientes. Esto era muy raro.

-¿Qué estáis tramando, engendros de Satán?-Me crucé de brazos divertida.-¿Desde cuando sois tan amigos?

-Desde que tenemos los mismos planes malvados.-Contestó el ojiazul chocando con el otro.

Enarqué una ceja y Hayes se subió al carrito para después tenderme una mano.

-Rápido, antes de que Rachel llegué y nos mate a todos.-Insistió Daniel al ansioso.

Con la ayuda de la mano de Hayes me subí al carrito, sentándome delante de él, como en las balsas de los toboganes de agua. Extendió las piernas a mis costados para que no me diese contra las redes de metal y me pasó los brazos por la cintura, a modo de cinturón. Daniel nos pasó dos cascos de fútbol americano que sacó de la sección de deportes y nos los pusimos. Acomodé la almohadilla en mis dientes y vi como nuestro conductor también se ponía un casco. Pegué la espalda al pecho de Hayes y apoyé la cabeza sobre su hombro derecho, para que él pudiera ver.