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Capítulo 25: Diario de Allison Pheels.

Shawn encabezó la fila, cargando un pedrusco en su mano derecha y el movil en la izquierda. Hayes le seguía con su imitación de una nueve milímetros y su barra metálica, luego yo con el rifle -también de imitación-. Cameron llevaba un navaja cerrada detrás mío, seguido de Camille con una ametralladora y a Nash con un bate. El pequeño Daniel -no tan pequeño-, caminaba felizmente a mi lado, con el cuchillo de cocina que compramos en Walmart.
No, no íbamos a matar a nadie.
La razón de tanto armamento, era que últimamente andar por las ruinas se había vuelto peligroso. Habían animales, no se de donde demonios salían, pero algunos animales del bosque se filtraban hasta esta área. El otro día, encontramos a un jabalí. Ahí fue cuando las paranoias de si un oso o un lobo aparecían.
Así que así vamos.
Carter había salido, tenía que ir a visitar a su abuela al asilo porque era su cumpleaños, así que su madre pidió permiso para que pudiera irse ese viernes por la mañana. Rachel por su parte, se quedó en su cama lamentándose de los cólicos. Trevor andaba perdido con papeleo, así que solo nos hizo una seña cuando pasamos bajo su ventana.

—¿Habrá alguna entrada?—Cuestiona Cam, inspeccionando el ala de dormitorios.

Miró algunas ventanas de la planta baja.

—Quizás la puerta de emergencia funcione.—Sugirió Nash con tono inocente.

—No podemos arriesgarnos a que salte una alarma.—Repliqué yo, algo severa.

Ya no estaba en mis días, por si alguien lo pregunta. Simplemente me tomaba muy enserio esto que hacíamos desde que casi nos descubren a Hayes y a mí. Después de aquello, terminamos de revisar a fondo el edificio central, la iglesia y el comedor; sin éxito alguno.
Oí que alguien eructaba detrás mío.

—¡Que rico!—Dijo Hayes en un aplauso sarcásticos.

Cam río, siendo el asqueroso que se había tirado el eructo. Continuamos caminando hasta que decidimos que era mejor separarnos.

—Ventana rota.—Avisó Camille unos metros más allá, con voz de verdulero.

Corrimos como hormigas hasta ella. La táctica de romper la ventana fue utilizada por Danny, en los hombros de Cam. En menos de cinco minutos todos nosotros nos encontrábamos dentro de una habitación.

—Aquí no hay baño...—Observó Shawn.

—Será que tienen baños comunes.—Hablamos Hayes y yo al unísono.

Nos miramos rápidamente, divertidos. Nash nos invitó a salir al pasillo. La oscuridad lo engullía todo, de una forma más espeluznante que en los otros edificios. Tomé el antebrazo de Hayes sin pensarlo.

—Mierda...—Murmuró alguno de los chicos, pero no diferencié quién.

—Yo no salgo ahí.—Aseguré con una risa nerviosa.

—¿Me recordáis por qué venimos aquí de noche?

Oía a Shawn, pero no tenía ni la más mínima idea de donde estaba.

—Porque de día cualquiera podría vernos.

Hayes como siempre no le tenía miedo a la oscuridad. Era tan rastrero que me arrastró con él, incluso cuando estaba muerta de miedo. Algún día lo mataría; frase que nunca cumplo.
Creo que hasta estaría temblando, aunque mis reacciones físicas no eran tan exageradas.

—Boo.—Susurraron en mi odio mientras me sacudían la cintura.

Cago en la puta.
Solté tal chillido que le podría haber roto los tímpanos al gracioso de turno.

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