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Capítulo 24: Agentes de la CIA.

Soltó un gemido de dolor cuando la goma impactó en su clavícula. Aunque fuera de goma, aquellas balas podrían hacer daño dependiendo de la distancia a la que estuviera. No le rasgaría la piel, pero si le dejaría una marca roja durante unos días, como cuando te disparan una bola de paintball a quince metros. Retrocedió un paso del impulso del disparo y miró en todas las direcciones para ver qué o quién le había dado.

-Buen tiro.-Susurra Nash con admiración.

El chico parece exasperado o algo aterrado.

-¿Qué ha sido eso?-Dice más alto de lo que pensaba el tal Ric.

-Daniel, dile que una piedra.-Instruyo.

Daniel repite lo que digo, con serenidad y el chico lo mira incrédulo.

-Tío, ¿qué está pasando aquí?

Se sale del punto de tiro y la línea se llena de maldiciones y ordenes. Danny lo detuvo por los hombros, dejándolo otra vez en el punto de tiro.

-Tranquilo chico, solo queremos hacerte unas preguntas.

-¡Pues dilo!

Se ve desesperado, no entiende nada. Dejo que Daniel haga las preguntas.

-Nos hemos enterado hace poco que hay una filtración de droga en el internado, la cual la proporciona un cárter muy buscado.-Locutó como si de un interrogatorio se tratara.-También sabemos que algunos de los consumidores se encuentran en el club de baloncesto.-Sonaba más serio de lo que nunca había oído.-¿Sabes algo?

Él chico no contestó, pero escuché a Camille -que era la más cercana a él- decir que le temblaban el labio y las manos.

-N-no, no se nada.-Contestó rato después.

-Oye y si...-Tez dejó la frase en el aire.

Yo también había pensado lo mismo ¿Y si verdaderamente hubiera droga filtrada en el club de baloncesto?
Le susurramos a Daniel que actuara rápido.

-¿Estás seguro? Es que pareces un poco nervioso.-Puso un tono cínico.

El chico lo miró con pavor. Se volvió a salir de la mira, pero esta vez esquivando a Danny.

-Mantenlo.

Daniel hizo lo que pudo para que el chico no escapara, pero seguía forcejeando. Me estaba hartando de aquel idiota. Saque la bala de goma y puse una piedrecita en su lugar. Camille pedía ordenes para disparar, pero se las negaba todas.

-Apártate de en medio, Daniel.-Le ordene y como de un resorte se tratase se quito de mi campo.-Voy a disparar.

Y así hice, le di en la pantorrilla derecha, haciendo que soltara un grito y se cayera al suelo. Aquello lo dejaría inmovilizado unos minutos, pero esperaba no haberle echo el suficiente daño como para desgarrarle la piel.

-Fuera.-Dijo Hayes por el auricular para luego salir de su escondite hacia el chico.

Danny se esfumó. Me acomodé el fusil en el hombro y me puse de pie, dispuesta a saltar. Había mejorado mi forma de trepar árboles y saltar de ellos en estos últimos días. Esta tarde me la había pasado entrenado con el rifle, cargándolo de piedras mientras estaba sobre este árbol, y disparando a diferentes puntos dados.
Hayes y yo nos unimos pasos antes de llegar a Ric. Estaba tirado boca arriba en el suelo, jadeando y mascullando maldiciones. No tardó en vernos, aunque yo tenía el rifle en la espalda, al igual que mis manos.

-¿Sois amigos de ese tío?

-Compañeros.-Corregí con falsa amabilidad.-¿Entonces no sabes nada?

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