Capitulo 32

1.8K 113 41
                                    


El dolor de cabeza es insoportable y más cuando a un lado mío tengo a Evelin roncando, corro al baño y vomito todo lo que bebí y comí anoche, solo a nosotras se nos ocurre ponernos ebrias con tequila.

Veo mi reflejo pálido y respiro hondo, necesito ducharme, si salgo así a la calle me veré como una momia, tomo ropa de Evelin como si fuera mía y agarro una toalla que siempre uso cuando me quedo a dormir. Cuando termino coloco pasta dental sobre mi dedo y me tallo los dientes.

- ¡Me ando orinando! – grita Evelin y le abro la puerta, se sienta en la taza y suelta un suspiro.

- Te tardaste mucho.

Río al ver su estado, tiene el cabello revuelto y se ve como si en cualquier momento se fuera a desmayar.

- Deja de verme orinar...

Salgo del baño y espero a que termine. – Después te devuelvo la ropa.

- Ten. – me da unos lentes de sol. – Enserio los necesitas.

Le doy un abrazo. – Gracias por todo.

- Cualquier cosa ya sabes donde encontrarme. – asiento y me dirijo hacia la puerta.

- Llévame al pent-house, no tengo humor para irme en taxi o autobús.

Rueda los ojos. – Yo me quería dormir. – se coloca una gorra y agarra las llaves del carro. – Mueve el culo.

Nos subimos al coche, pero ninguna de las dos dice ninguna palabra, cuando tenemos resaca lo último que queremos es estar hablando, ni siquiera tenemos humor para poner música, llegamos al edificio y le sonrío.

- Descansa.

Saludo al portero con sonrisa hipócrita y abordo el elevador, el maldito asco no se me pasa y tengo miedo de que en cualquier momento termine vomitando aquí, sería muy vergonzoso. Meto la llave y abro la puerta, ojalá y no esté Aleksei.

Pero mis ilusiones se van a la mierda cuando lo veo en el sofá hablando por celular, me observa con detenimiento y paso de largo hacia la habitación escuchando sus pasos detrás de mí.

Me acuesto en la cama buscando dormir un poco más, pero me toma del tobillo y me arrastra al borde.

- Tenemos que hablar.

- Aleksei, tengo resaca, lo último que quiero es hablar. – me quejo y lo miro a los ojos. – Si quieres más tarde.

- ¿Dónde estabas?

No contesto y aprieta mi tobillo.

- ¡¿Que te pasa?! – lo empujo con mi pie.

- Te hice una maldita pregunta.

Me levanto de la cama. – Donde yo estaba no es de tu incumbencia.

- ¿Sigues enojada?

Que pregunta tan estúpida.

- No.

- Repite lo que dijiste ayer.

Salgo del cuarto, al parecer no me dejará descansar.

- Alexandra...

- ¡Que si quieres que actúe como una escort me pagues! – grito con furia. – A la próxima ¿Qué me dirás? ¿Qué me acueste con uno de ellos? – me mofo. – No me sorprendería...

- No digas estupideces... - me mira con el ceño fruncido.

- ¡Es lo que demuestras!

DESCONTROL (BORRADOR) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora