Este regalo

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Abrí la bolsa, quitando el celo qué había encima de la bolsa. La abrí sin ningún problema. Vi en el fondo de la bolsa algo blanco pero no sabía que era al principio.
Creía que era una tablet o un ordenador nuevo que me habían regalado. Lo cogí y no era lo que había estado pensando era un nuevo movil. Un movil para mí, ya no tenía que volver a pedirle el movil a mamá o a papá nunca más ni el ordenador a mi hermana. Vi que el movil en la caja era de color negro pero cuando lo abrí era de color blanco.
En la bolsa también había una funda de unicornios volando. Ellos sabían que los unicornios eran de mis animales favoritos junto a los pandas rojos y a las cabras.
Con mi movil en la mano empecé a soplar las velas que me había puesto mamá encima de la tarta. Los números eran muy bonitos, eran rojos y blancos. El número doce se veía muy bonito y súper diferente a la tarta ya que esa era blanca.
Nos comimos la tarta entre todos y nos fuimos a nuestras habitaciones para dormir. Yo antes de dormir volví a escuchar la canción pero con mi nuevo móvil. Papá me lo había encendido y me había explicado todo lo básico que tenía que saber sobre ello. La oí unos cuantas veces y me dormí enseguida.
Me desperté una vez por la noche pero me volví a dormir enseguida.
Me levanté muy contenta por el regalo tan especial que había recibido ayer.
Estaba muy emocionada pero también muy nerviosa porque hoy era la operación de Camila y quería que todo saliera bien como es lógico. Me levanté de la cama, intenté hacerla bien más o menos y fui al baño a lavarme la cara.
Cuando salí del baño fui a darle las medicinas que tenía que darle a Camila para que todo saliera muy bien.
Estaba muy nerviosa por la operación y tampoco intentaba esconder lo que sentía pero tenía aún más nervios por que también mañana empezaba el instituto y tenía miedo por todas las cosas que pueden pasar. El instituto esta justo enfrente del colegio así que tardaba muy poco en ir, como es lógico o lo que yo creo más normal era que todos los que habíamos estudiado en ese colegio íbamos a ese instituto.
Teníamos que estar ahí antes de las doce de la mañana con Camila para que empezaran a tiempo la operación. Sabía que las horas que no estuviera con ella, se me iban a hacer muy largas e iba a estar más nerviosa.
Abrí el armario y empecé a ver que me iba a poner para llevar a Camila ala clínica. Decidí ir cómoda y me cogí unos pantalones cortes y una camiseta básica. Los cogí y fui al baño a ducharme y a intentar que los nervios se fueran con el agua. Intentaba que en la ducha se me fueran esos pensamientos.
Cuándo salí del baño todavía quedaba una hora más o menos para coger el coche con mamá y papá e ir a llevar a mi gatita. Así que estuve viendo un poco las noticias que me seleccionaba google en su buscador mientras me entretenía un poco.
Me fui aburriendo poco a poco y entonces decidí pedirle el movil a mamá para hablar con mis amigas y decirles todo lo que me había pasado hasta el último día que habíamos hablado. Ya estábamos bien todas, ya no estaban tan enfadadas y me perdonaron.
Me metí en la habitación de mamá y papá y les pregunté si alguno me dejaba su movil. Mamá encanta me lo dejó y me fui muy contenta a mi habitación con el móvil en la mano. Comparando el movil de mamá con el mío, el de ella era precioso y el mío no tanto pero había que tener en cuenta que el mío era el primero que tenía en toda mi existencia.
Llamé a mis amigas y nos pusimos a hablar. Les dije cual era mi numero y me añadieron a sus contactos. Me llamaron por mi móvil y volvimos a hablar pero por el mío. Me levanté y fui corriendo a dejarle el móvil en su sitio a mamá.
Mis amigas me habían contado que a ellas también les habían regalado sus móviles en sus respectivos cumpleaños.
Desde que se fue Alba, nos habíamos unido más que nunca Ruth, Maria, Luisa y yo, éramos como todas mejores amigas.
En la llamada el tiempo pasaba muy rápido y cuando no me di cuenta ya me tenía que ir con mamá y papá a llevar a Camila. Les expliqué y colgué. Cogí una chaqueta por si acaso hacía frío y bajé las escaleras lo más rápido que podía con los zapatos que llevaba. Hasta que llegue a la entrada y vi que se nos olvidaba lo más importante, Camila. Tuve que volver arriba a buscar su nuevo transportin. Al principio la gatita no quería entrar porque lo sentía muy raro era algo nuevo para ella y por eso tardamos un poco más de lo que yo intentaba. El transportin se lo compramos el otro día lo vi y me encantó, encima podían poner el nombre de tu mascota en ella.
Bajé con cuidado con Camila y bajé junto a mis padres en el ascensor hacia el coche para ir a nuestro destino.
El transportin era de color rosa oscuro con toques de morado y gris. Tenía su nombre puesto junto arriba de la entrada de el transportin. Estaba escrito con perlitas moradas y rosas. Se veía muy bonito y me encantaba.
Cada minuto que nos acercábamos a la clínica me ponía más nerviosa por todo lo que podía pasar.
Llegamos a la clínica, que era un edificio muy grande de color blanco con toques grises. Al entrar nos atendió una chica joven con pelo rubio y gafas. Sus ojos eran parecidos a los míos y me pareció una chica muy guapa. Nos dirigió hacia la habitación donde íbamos a dejar a Camila.

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