Entramos a la clínica con todo el barullo de gente allí afuera gritando intentando coger algo de todo lo que había. Había hasta gente mayor pegándose con los bastones por el simple echo de entrar, luego coger las cosas era otro tema. Nunca había visto esa tienda y la otra vez qué vinimos estaba cerrado, como si estuviera cerrado completamente. No había visto ningún cartel ni nada donde publicitaran todo esto que estaba pasando.
Al llegar tuvimos que esperar varios minutos hasta que nos dejaron pasar a la sala donde estaba ahora mismo Camila. No sabíamos donde estaba porque habían unas tres personas antes que nosotros en la fila de la recepción. Habían muchos animales esperando a ser atendidos o saliendo de operaciones o simplemente de revisiones. Nos dijeron cuando nos pusieron en la fila, que nuestra gatita estaba con un cuidador para que la vigilara en una habitación repleta de juguetes para que se entretenga mientras íbamos a buscarla. Espéranos unos diez-quince minutos hasta llegar al mostrador. Nos llevaron hasta la puerta de la habitación. Abrimos muy despacio y con solo abrir la puerta vimos a una chica de unos veinticinco años más o menos jugando con Camila y con una pluma y una bolita. La bolita era de color rosa fucsia con una campana adentro de ella y por eso sonaba y hacía mucho ruido, eso era lo que le gustaba a mi gatita. Intenté quitarle la bolita para dejarla en su sitio y irnos a casa pero Camila se negaba a a dejarla. Entonces la chica que iba vestida con uniforme y con zapatillas blancas nos dijo que nos la podíamos quedar, bueno en todo caso se la podía quedar la gatita. Gracias a su regalo metimos a Camila en su nuevo transportin con su nuevo juguete rumbo a casita. Salí de la clínica de oreja a oreja. Ya le habían quitado unas vendas que tenía Camila en los ojitos y podía ver algo aunque no sabía el que. Fuimos en dirección a la salida pero cambiamos de opinión y nos fuimos a la cafetería. Nos sentamos en una mesa y vino un camarero a pedirnos los platos que íbamos a merendar. Yo pedí un croissant con relleno de chocolate y un zumo de naranja. Papá pidió un pincho de tortilla de patatas con pan y un café cortado. Mamá fue la última en pedir y ella le dijo al camarero que quería un té de manzanilla con una Macedonia de frutas.
Primero nos trajeron las bebidas unos minutos después de pedirlos. Aunque el de mamá tardó un poco más.
Mientras esperábamos a nuestra comida, yo iba jugando con mi reloj/movil, algo que ya me aburría. Antes estaba bien ya que me divertía pero ya con el móvil ya me aburre mucho. Solo me dejaba descargar tres juegos y entre ellos no podía ver videos ni nada parecido. Eran juegos de bebes o eso pensaba yo. Así que me puse a jugar un poco con Camila mientras tanto. Llegó toda la comida a la vez. Todo estaba muy bueno, me lo comí todo enseguida. Papá y Mamá me dieron a probar de lo que se habían pedido y también estaba muy bueno. Terminamos de comer y nos dirigimos hacia el coche después de pagar lo que habíamos comido. Tardamos menos tiempo que antes al ir al coche ya no había casi colas en la tienda esa, ya estaban cerrando o eso creía por que estaban con la persiana a medio cerrar. Llegamos al coche y me senté en mi sitio. Abrí el transportin y cogí a Camila para jugar con ella. Mientras llegábamos al garaje de nuestro edificio.
Llegamos y metí a Camila en su transportin de nuevo y me salí del coche. Me dirigí al ascensor para subir a mi casa. El ascensor vino rápido y puse a mi gatita en dirección del espejo que había en el ascensor y se quedó ahí mirándolo hasta que salimos de el ascensor. Fue muy raro nunca la había visto así.
Llegamos a casa y subimos Camila y yo subimos a mi habitación. Llevé a Camila a su rincón y yo me fui a desmontar el transportin. Desmonte el transportin y lo subí al sitio de donde lo había cogido antes. Camila seguía jugando con su bolita muy entretenida. Me tumbé en la cama y me puse a jugar con el movil hasta que se terminó la batería. Cogí el cargador y lo enchufe y se empezó a cargar. Lo dejé cargando hasta el cien por ciento. Mientras tanto estuve jugando con el reloj pero me volvía a aburría mucho.
Tiempo después me puse a ver que tenía en mi mochila. Tenía poca cosa pero tampoco me hacía gracia la mochila ya que era con toques rosas y ya no me gustaban.
Se me olvidó decirles a mis padres que nos pasáramos por la papelería antes de venir así que se me ocurrió ir a decírselo a papá haber si me acompañaba a la misma papelería. Me dirigí hacia su habitación donde siempre estaba, si no estaba ahí estaba en el salón viendo algún deporte.
Fui primero a la habitación y solo estaba mamá durmiendo en su cama. Así que bajé al salón y estaba papá tumbado en el gran sofá que tenemos en el salón. Creo que estaba viendo una serie de policías y crímenes. Me senté al lado suyo y me puse a explicárselo con una cara de suplicar que casi siempre me funcionaba. Digo que si pero que dentro de una media hora. Subí muy contenta y me puse a hacer la lista de que tenia que comprar en la papelería. Mi móvil ya estaba como al cuarenta por ciento pero todavía le faltaba mucho. Terminé la lista y todavía quedaban veinte minutos para que nos fueramos a la papelería a buscar lo que necesitaba. Me fui a la habitación de mi hermana para entretenerme un poco pero no duró mucho ya que me echó enseguida de su habitación poco después de entrar.

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Soy yo
Подростковая литератураHera lo tenia todo a su familia, sus amigos... La vida le trataba bien y se sentía cómoda en ella. Tenía amigas de verdad que la querían y familia que la adoraban, no necesitaba más. La perdida de sus familiares hacen que su ansiedad y sus problema...