Cuando hablaba con mi prima era solo para saludarla y darle un abrazo no hablábamos mas de ahí, nunca lo habíamos echo y no iba a empezar ahora por mucho que me inquietara saber más cosas sobre ella.
Era una persona un poco fría al igual que su padre. Yo sinceramente nunca la había visto abrazando a nadie solo me acuerdo que en su comunión le daban abrazos para felicidades pero nada fuera de lo común y eso fue lo único que recuerdo de ese estilo.
Mi tio y mi padre no son muy cariñosos yo creo que incluso son un poco fríos los dos, son iguales. Podrían pasar por gemelos pero yo creo que mucho no les creerían ya que no son idénticos como mis primos. Fisicamente se parecen pero hay algunas cosas que les diferencian.
Mi tia y mi madre si son más cariñosas pero no tanto, son lo suficiente. A ellas dos si que las he visto abrazando y en actitud así al igual que a mis abuelos, así que eso me hace pensar de donde habrían sacado esa personalidad mi padre y mi tio.
Mientras mis primos jugaban con Camila bajé a preguntárselo a la abuela.
La abuela no tenia en mente que le iba a preguntar algo así o eso es lo que percibí en su cara y en su expresión al terminar la frase. Me respondió con los ojos llorosos y con muchas ganas de llorar, notándolo en la voz y en esos ojos azules de mi abuela. Me dijo muy tiernamente que esa personalidad era mucho de su padre que siempre era así. Me dijo que extrañaba mucho a sus padres que eran esenciales para ella y lo último que me dijo antes de irse a recoger la cocina fue:
-Disfruta de tus padres mientras los tengas aquí.
Tenía muchas ganas de saber la historia de mis bisabuelos pero tenía que dejar de hablarlo con la abuela por que si no la iba a hacer llorar y detrás de ella iba a estar yo llorando con ella.
Con este asunto ya más o menos resuelto me subí a mi habitación, después de darle un abrazo a la abuela. Abrí la puerta y mis primos me dieron una gran idea sobre Camila.
Pedimos unos euros para ir al supermercado más cercano del pueblo y fuimos los tres a por esta gran idea. Ya en la zona de animales vimos lo que queríamos de muchas formas y colores. Cogimos un correa de color morado con perlitas blancas para gatos. Esperaba que se la dejara poner para que pudiera oler y sentir el aire puro del pueblo antes de irnos.
Cogimos una talla media ni muy pequeña ni muy grande espero que esta sea la talla para Camila y no tener que volver a venir a cambiarlo.
Tardamos en pagar un poco ya que había mucha gente.
Llegamos a casa y mis primos y yo nos habíamos propuesto ponérselos y llevarla por el pueblo en la bici y dejarla un poco por el jardín.
Camila se dejó ponérsela muy bien y terminamos enseguida. Se veía muy mona con eso puesto. Se lo enseñamos a toda las familia y les encantó tanto como a mí.
Creo que al principio se sintió un poco incómoda con ello, ya que lo mordía y se lo intentaba quitar pero ahora estaba mucho mejor.
Ir a comprar y jugar con Camila me había ayudado a olvidarme de lo triste que había estado por las camisetas. No estaba creyendo que todas las cosas vinieran un día o dos después y mis camisetas tardaran unas semanas o unos meses, no lo entendía.
Esperando que la abuela nos llamara a comer, sacamos a Camila por el jardín, algo que nos resultó muy interesante tanto a ella como a mí.
Cuando derrepente el abuelo nos llamó desde la puerta. Tenía unos cuadros en blanco sobre la mano y unas pinturas en la otra mano.
-Mirar lo que os he comprado chicos
Nos dijo el abuelo. Muy ilusionados fuimos y cada uno cogió un lienzo y una paleta de muchos colores distintos.
Sabia que iba a pintar en el cuadro y para quien.
Empece a pintar y creo que me salió muy bien, mejor de lo que yo esperaba. La pintura nunca había sido mi fuerte y por ahora lo estaba haciendo mucho mejor que en el colegio.
Con el dibujo terminado, lo dejé secar en el salón junto a los cuadros de mis primos y fui a ver que estaba haciendo mi querida Camila. Abrí la puerta que nos separaba y la vi jugando con una pequeña mariquita. Me gustó tanto la imagen que la tomé una foto con mi reloj/movil. Sabía que quería pintarlo en algún cuadro o intentarlo al menos.
Le pregunté al abuelo donde vendían los lienzos. Me dijo hasta el precio y el horario de la tienda. Esta tienda no habría hasta después de comer y tenía que esperar hasta entonces.
Me quedé unos veinte minutos jugando con Camila en el jardín y paseándola por la casa, para buscar su comida.
-¡Todos a comer! Nos gritó la abuela, un grito que yo deseaba oír desde hace mucho tiempo.
La comida estaba buenísima y tenía muy buena pinta todo. Lo que más me gustó fue el postre casero que hizo. Era un flan casero con nata y trozos de fresa. Las fresas me encantaban y por eso me gustó aún más el postre.
Tenía que reposar un poco la comida y me puse a ver una película con mis primos. Una película que ellos eligieron, la principio fue muy aburrida pero se iba poniendo interesante mientras transcurría. Terminó la película y lleve a Camila a mi cama para que estuviera allí. La dejé y le quité todo lo que le habíamos puesto hasta que la volviéramos a sacar mañana o pasado antes de irnos.
Cogí un poco de dinero que me habían prestado y me fui directa a la tienda en compañía de mi hermana mayor que no tenía ni idea de a donde íbamos.
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Soy yo
Teen FictionHera lo tenia todo a su familia, sus amigos... La vida le trataba bien y se sentía cómoda en ella. Tenía amigas de verdad que la querían y familia que la adoraban, no necesitaba más. La perdida de sus familiares hacen que su ansiedad y sus problema...