En el camino a mi casa no hablamos mucho entre nosotras dos. No teníamos que temas de conversación sacar así que por eso no hablábamos simplemente. Hubo una vez que Luisa me intentó decir algo pero no lo dijo finalmente, lo único que dijo fue si le podía dar la hora.
Yo creo que estábamos muy bien bajando la pequeña cuesta que teníamos que hacer para ir más o menos a la mitad del camino para llegar a casa. Habíamos pasado diez minutos solo para solo preguntarnos que hora era. Habíamos cogido el camino más corto para llegar a casa ya que el cielo estaba muy nublado y claramente iba a llover enseguida.
Empezamos a hablar derrepente de cómo había ido el día y si queríamos volver mañana o si nos gustaban los profesores que nos habían tocado.
Creo que ella quería acercarse mas a mi o a intentar ser más amigas de lo que éramos. Ya que antes cuando estaba Alba no nos hablamos y ahora ya hemos empezado a hablar más.
Empezó a llover de repente y nos pusimos a cubierto en cuanto vimos que llovía mucho más y no paraba. Caían rallos y nos empezamos a asustar mucho. Nos habíamos refugiado en el techo del exterior de el restaurante donde iba a comer con mis padres casi todos los meses.
Bajo el techo, sacamos los paraguas que habíamos llevado en la mochila desde por la mañana. Empezamos a esperar hasta unos diez minutos hasta que amainara un poco la tormenta que estaba pasando en aquel instante. Los rayos iban disminuyendo pero la lluvia seguía mucho más. Esperamos un poco más y salimos de donde estábamos. Estábamos caminando un poco más rápido que antes ya que no quería que nos mojáramos más de lo que estábamos hasta entonces.
Según íbamos caminando camino a casa veía todo el mundo corriendo a sitios donde resguardarme de la lluvia o con el paraguas corriendo rápido para llegar a algún sitio que yo desconocía. Iba caminando junto a Luisa y iba oliendo el olor a flores que había olido en días anteriores. No sabía ni cómo ni porqué lo estaba oliendo tantos días seguidos. Nada tenía explicación, a lo mejor me estaba volviendo loca. Por eso fui a preguntárselo a Luisa, haber si ella olía algo pero no era así. Llegando a casa vi que una chica iba en la misma dirección que yo y estaba en lo correcto. Me abrió la puerta muy alegre y me dirigió una sonrisa muy mona por su parte. Nos dirigimos juntas al ascensor y nos subimos en el.
Creo que era una nueva vecina porqué nunca la había visto en toda la existencia que tenía, unos doce años.
Tenía el pelo largo de color rojo con mechas rubias. Me gustaba mucho como le quedaba con sus ojos de color marrón claro. Era una chica muy alta, creo que media uno ochenta más o menos. Llevaba unas bolsas de la compra de el supermercado de al lado del edificio. Iba muy bien vestida.
Me daba a mí que era un poco más mayor que mi hermana mayor ya que la notaba mucho más madura o algo así más o menos. Me gustaba mucho como iba vestida. Tenía una camiseta de un grupo de Rock and Roll que creía que había oído gracias a papá. Llevaba un pantalón corto de color azul y unas zapatillas negras a conjunto con la camiseta que tenía. Tenía un móvil bastante bueno con una carcasa que me gustaba mucho el color azul claro. Era un móvil muy grande si lo comparamos con el mío.
Le dio al botón del cuarto piso a donde yo iba, ya que ahí estaba mi casa. Las uñas que tenía me gustaban mucho, estaban pintadas de color azul oscuro y algunas estaban pintadas de color negro. Algunas tenían piedras de colores. Sus uñas estaban bastante largas pero me encantaban.
Creo que yo también le caía bien ya que me sonreía mucho. Me gustaba mucho su estilo era moderno y nunca había visto a alguien que le quedará tan bien como a ella.
-Me gusta tu mochila me dijo
-Gracias, a mi también me gusta tu pelo le respondí.
-Gracias guapa, hasta pronto
-Adiós dije.
Salió ella primero del ascensor y se fue para el lado contrario al que iba a ir yo. Salí yo por última y vi como entraba a la que creo que es su casa. Abrí la puerta de mi casa y dejé la mochila en el suelo. La comida ya estaba puesta en la mesa pero nadie se la estaba comiendo ni nadie se lo había comido ya. Ni mi hermana se lo había comido y por eso me extrañó muchísimo ya que ella venía antes que yo y se llevaba su plato a la habitación y se lo comía, después lo dejaba en la cocina y se volvía a su habitación. Estaban los cuatro platos algo que no veía desde que era muy pequeña.
Seguí hacia el salón y tampoco había nadie. Después de ello me dirigí al comedor y a la cocina y no había nadie por aquí tampoco. Me estaba empezando a preocuparme y subí a la parte de arriba. Antes de subir cogí la mochila que estaba en el suelo al lado de la puerta. Mientras subía las escaleras todo era silencio y no había ningún ruido. Esto me estaba extrañando mucho ya que siempre estábamos haciendo cosas y siempre se oía la televisión que estaba viendo papá. Se me ocurrió qué tal vez estuvieran durmiendo y claramente no quería molestarlos si lo estaban haciendo. Entre a mi habitación y solo estaba Camila durmiendo en su rinconcito al lado de su bolita. Dejé la mochila donde siempre y salí al pasillo para ver si alguien salía o se habían ido definitivamente.
Bajé las escaleras ya que nadie salía y mamá, en ese momento fue al baño de la planta donde estaba secándose las lágrimas que le habían caído en la cara. Me quedé muy sorprendida, no sabía como reaccionar.
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Soy yo
JugendliteraturHera lo tenia todo a su familia, sus amigos... La vida le trataba bien y se sentía cómoda en ella. Tenía amigas de verdad que la querían y familia que la adoraban, no necesitaba más. La perdida de sus familiares hacen que su ansiedad y sus problema...