Capítulo 7

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Estaba empacando su última maleta cuando escuchó la voz de Gemma en la planta de abajo. Una sonrisa se formó en su rostro involuntariamente. Terminó de meter sus últimas mudas de ropa para bajar a saludarla.

Si de por sí echaba de menos a Gemma cuando sus papás estaban vivos, imagínense ahora.

Bajó de dos en dos los peldaños de la escalera con la ilusión de llegar más rápido. Se aferraba al barandal para evitar un tropiezo y romperse la cara.

Ese día quería lucir lo más presentable posible, Jay le presentaría a su familia y no quería lucir con un gran moretón en la frente.

—Creí que llegarías más tarde. —Llamó su atención al decir eso. La rubia estaba distraída saludando a sus abuelos.

Dedujo que le respondería algo típico de ella, como “Hola Harry, yo igual me alegro de verte” o “Gracias, yo igual te extrañé”, pero su respuesta fue algo que no se esperaba. —El tráfico esta terrible. Es viernes de la última semana de vacaciones ¿Qué esperabas? —Se dirigió a la cocina por algo de comer—. Además —Le habló masticando el trozo de manzana que tenía en la boca—. Tengo que llegar hoy mismo. Ya sabes, las reglas del estúpido Campus.

Gemma tenía razón y no se lo iba a discutir. Una de las reglas más importantes era que todos los estudiantes tenían que quedarse en el Campus el último fin de semana de sus vacaciones para que les entregaran sus nuevos horarios, sus libros, reasignarles los casilleros y a veces los departamentos.

Además de eso, valoraba que hubiera llegado tan temprano. Seguro había tenido que madrugar desde las 3:00 de la mañana para venir llegando hasta ahí a las 9:30am.

Al fin de cuenta estaba bien, lo ayudaría a reordenar algunas cosas en su equipaje y hablaría con ella. Después de todo, Jay vendría a buscarlos a las 3:00pm.

Estuvo hablando con Gemma sobre todo. Literalmente.

Resolvieron algunas dudas, se dieron algunos consejos y hasta se pusieron sentimentales. Lloró como por 150 vez en todo al año aunque suene exagerado.

Estaba emocionado y ansioso. No veía la hora en la que estuviera en casa de Jay con ella presentándole a su familia, que prácticamente, comenzaría a ser suya también.

Sonará egoísta y desconsiderado, pero a pesar de todo Harry no podría ser capaz de llamar a Jay ‘mamá’. Estaba acostumbrado a dirigirse a ella como una amiga de su madre, más no como SU madre.

Otra cosa es que tampoco tendría la dignidad de llamar a sus hijos ‘hermanos’ o a su esposo ‘papá’. Definitivamente eso no iba con el rizado.

No le quedaba más alternativa que tener que hablar con Jay sobre el tema y aclararlo de la manera más comprensible posible, ya que tampoco quería que se sintiera ofendida al ver que Harry no la trataba como a una madre.

Solo tenía una madre, y lamentablemente se había convertido en cenizas, pero seguía siendo su mamá.

Secreto Styles #LarryStylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora