Capítulo 15

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Terminó de hablar con Niall y colgó el teléfono al instante solo por una razón.

Había escuchado que alguien había entrado.

No podía ser Jay, ella estaba atrás ayudando a Ángela y a Rubí con sus quehaceres, por lo cual a ellas igual las descartó.

¿Mark? Llegaba hasta la noche de trabajar, y ni que haya pedido permiso de salir temprano, ya que solo los pedía para cuando era una ocasión importante.

¿Tal vez un vigilante? No. Ellos no podían despegarse del portón.

Intentaba pensar en otra persona, pero su mente solo vagaba por un único nombre: Harry.

Estaba enojado. Muy enojado.

Harry era "nuevo" en la familia. Pero no por eso tenía derecho de andar diciéndole a Jay que "va al café con sus amigos" cuando en realidad iba a quien sabe que con quien sabe quien. Y si eso se le empezaba a hacer costumbre, el oji-azul lo iba a frenar. Mientras él estuviera ahí, nadie y menos él, se iba salir con la suya. Gracias a Niall tendría algo que reclamarle.

Pegó su frente a la puerta rendido. Mejor se iría a acostar un rato.

Y, antes de subir el primer escalón, escuchó un ruido. Y no cualquier ruido, uno en especial.

Un portazo.

Subió de dos en dos las escaleras aferrando sus manos al barandal.

Sabía perfectamente a que puerta dirigirse, y, sobre todo, sabía perfectamente quien estaba detrás de esta.

Pensó en tocar, vaya que lo pensó. Pero cuando estaba a punto de hacerlo, sintió esa misma sensación que sentía todos los días de vacaciones, cuando solo hablaban de él. Al carajo todo.

Tomó la perilla y la empujo. Era como si algo estuviera tapando el paso, algo pesado que podría estar atorado. La volvió a empujar pero esta vez con más fuerza.

—¡Ay!

«¿Qué mierda?»

Abrió la puerta totalmente y luego comprendió que era lo que le estaba impidiendo el paso cuando vio a Harry tirado en el suelo. Pudo haberse reído, pero la verdad era que no estaba de humor.

Harry aun estaba en el suelo. Estaba de rodillas recargando su peso hacia atrás, prácticamente sentado sobre sus pantorrillas. Se arregló la playera y se sacudió el pantalón, posteriormente, miró hacia el castaño.

—¿Louis? —Si trataba de ocultar la sorpresa y terror en su voz, no le había funcionado—. ¿Q-qué haces aquí?

—¿Por qué? ¿Estabas ocupado haciendo algo que no podía interrumpir?

—No, no —Esta vez su voz sonó más tranquila—. Es solo que hubiera preferido que tocaras antes de entrar.

—¿Hay algún problema porque no lo haya hecho? —Se acercó más al rizado con el único propósito de intimidarlo.

Harry tragó saliva y bajo la mirada. —Me golpeaste

Aligeró el ceño. Pudo haberle ofrecido una mano, pero de nuevo esa maldita sensación carcomiente.

—Para que te atraviesas en la puerta.

Se recargó en la pared poniéndose de pie y se abrazó a sí mismo. —Supongo que viniste para algo

—De hecho, sí —Caminó hasta su mueblecillo y se recostó en él. Se sentía jodidamente bien. En el suyo siempre había ropa sucia u otras cosas y obviamente no se iba acostar con eso ahí. En cambio, el de Harry estaba limpio y olía bien. Todo en su habitación estaba tan ordenado.

Secreto Styles #LarryStylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora