PROLOGO

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¿Celos? ¿Como podría existir eso en el organismo de Balián? ¿Celos? ¿A estas alturas del partido? ¿Celos? ¿Como puede ser eso tan creíble?

El color de sus ojos grises oscuros era como un jodido imán en cuanto lo encontraba en cada sitio donde podía encontrarlo, ¿Balián y yo trabajando juntos? ¿Que es esta mala jugada del destino? ¿Es que acaso esos siete meses lejos de él no fueron suficiente? Como es que tengo tantas preguntas sin una jodida respuesta.

- ¿Grace? –volteo y observo, ojos verdes, ojos tan bellos. – ¿Te ocurre algo?

- ¿Por qué debe ser Balián Hunther uno de los fotógrafos de la revista? Por qué no otra persona.

-Él se ofreció a trabajar para nosotros y lo cierto es que me gusta el trabajo que hace, yo, creí que tu tenías buena relación con los Hunther –Daniel me mira fijo. –Grace si tienes algún problema con que él sea el fotógrafo podemos... –y de inmediato niego.

-No es como si fuera a estar todos los días a cada hora trabajando acá, ¿no?

-Solo será cuando tengamos trabajos, no será todo el tiempo.

Me coloco de pie y sonrió de boca cerrada, tomo una bocanada de aire y asiento.

-Todo bien Daniel, solo tenía duda por la presencia de Balián siendo el fotógrafo en esta empresa, yo bien pude hacerlo, pero tengo otros asuntos acá –este asiente y sonríe.

- ¿De verdad, todo bien, no hay ningún problema? –niego.

-Todo bien, Daniel, descuida, ya debo irme a continuar con la edición de este mes.

-Paso por ti –le miro fijo, asiento. –Abrieron un restaurante nuevo, al parecer hacen una comida italiana muy deliciosa –sonrió ante esto, tan solo escuchar su voz entusiasmada logra que todo pesar se esfume.

-Bien esperaré por ti, si no te molesta, volveré a lo mío.

Daniel sonríe y asiente, yo con un leve asentimiento me despido y tomo el camino fuera de su oficina. Creí por un momento retomaría mi todo lo que me pertenecía, pero desde que salió aquel artículo amarillista, mismo artículo al cual yo me dedicaba tiempo atrás decidí coger otro rumbo, alejarme de todo ese mundo amarillista, ese mundo que solo me traía problemas.

Ahora trabajo para la revista de los Slyber, no es muy mi estilo, pero me encargo de entrevistar figuras importantes de la ciudad y sus alrededores, ya no estoy buscando primicias, ya no estoy acechando, ya no estoy incluso escondida entre los arbustos buscando arruinar la boda de alguien, desde que hice eso con Balián la verdad es que me ha pesado mucho.

Pero ahora trabajando con el segundo de la jauría Hunther sé que me traerá consecuencias, se lo que intenta, se lo que trama, Balián últimamente no soporta el hecho de que yo este a todos lados con el rubio, Daniel es un buen amigo y nada más, pero Balián siente lo contrario y eso le choca profundamente, cosa que debería emocionarme, pero una de las cosas que me prometí en mi retiro espiritual en casa de mis padres, era no hacerme ilusión e ideas vagas con Balián, me ha quedado muy claro que lo nuestro no iba más allá de solo noches de sexo y punto.

-Hola... –siento su voz detrás de mí, salto un poquito por la impresión, espero el ascensor, nunca se tarda tanto como el día de hoy. – ¿Que? ¿La ley del hielo? –le miro por encima del hombro.

-La ley del sordo mudo, mejor –las puertas del ascensor se abren, entro y este viene detrás de mí, presiono mi piso, él no presiona nada. – ¿Qué quieres Balián?

-No y que muda.

- ¡Vete al carajo! –la puerta está por abrirse, este lo evita de inmediato. –Balián, no empieces, ¿quieres?

- ¿Tan molesta te pone que trabajé aquí? –suspiro.

-Es realmente muy irrelevante el que trabajes aquí, lo que no me cabe en la cabeza ¿Es porque en esta empresa? Teniendo la tuya, de tu familia, te empeñas en esta –este sonríe, y que Balián Hunther sonría es muy raro.

-Me gusta probar cosas nuevas -revoloteo los ojos e intento apartarlo, las puertas del ascensor intentan nuevamente abrirse y este lo vuelve a evitar. – ¿Porque intentas escapar de mí? –forcejeamos y este logra estamparme contra la puerta del ascensor. –Ni creas que se la dejare fácil a ese rubio –su rostro cerquita del mío, su aliento sintiéndose en mi piel. –Porque hay cosas que no puedes evitar.

- ¿Cómo cuáles? –digo con mi tono de voz punzante y frio.

-Darme lo que siempre te pido –y todo se me debilita y el corazón se me acelera. –Eso... –sonríe con arrogancia, las puertas del ascensor se abren, yo me incorporó y acomodo mi camisa. –Eso es lo que me hace saber, que siempre seremos tu y yo.

-Idiota.

-El idiota que te pone de este modo, Grace –salgo y el me mira desde el ascensor, sonríe. –Eres mía, y nadie podrá con ello –el idiota sonríe y las puertas se cierran.

Mi corazón está completamente hecho un desastre, como vuelvo a mis sentidos y con esto me alejo de inmediato, y paso a tomar el camino a mi lugar de trabajo.

Mis manos tiemblan, mis piernas son gelatina, y mi entrepierna grita por Balián Hunther.

-Estúpido Hunther –me detengo, tomo una bocanada de aire, la expulso con pesadez. –Ni creas que te la dejaré fácil, no, no a ti.

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Por Favor, Dame Lo Que Te Pido ·Saga Por Favor #2· ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora