{2T} 22 - Identidad revelada... ¿o no?

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La llegada a el Templo del Fuego por el equipo dirigido por Sarutobi Asuma fue recibido por Bansai y Zenza, los cuales se encontraban afligidos por lo ocurrido con sus hermanos, sobre todo por la desaparición del cuerpo de Chiriku. La sorpresa se pintó en el rostro del anciano al ver al último superviviente de los Doce Guardianes Ninja.

- No deberías estar en esta misión Asuma, el peligro que corres es muy alto. - habló el viejo Bansai. - Los atacantes se llevaron el cuerpo de Chiriku para cobrar su recompensa.

- ¿Podría explicarnos un poco más de esa recompensa, Bansai-sama? - preguntó Shikamaru.

- Se le puso precio a nuestras cabezas. Recompensas increíblemente grandes. - respondió Asuma con total tranquilidad. - Por Chiriku son 30 millones de ryo y por la mía son 5 millones más.

- Ahora entiendo sus sospechas del paradero de los Akatsuki, Asuma-sensei. - ahora ___ tomaba la palabra. - Están cobrando la recompensa. - el jounin asintió.

Los allí presentes guardaron silencio. Estaban considerando a el Sarutobi un completo loco y suicida.

- Por favor, permítanme rezar por su protección.

Y así lo hicieron cada uno de los allí presentes, aunque Shikamaru se tomó un momento para intentar descubrir que es lo que pasaba por la cabeza de Asuma y cómo era capaz de mantener la compostura sabiendo que dos shinobis criminales de rango S iban tras de él. ___ se cuestionaba lo mismo que Shikamaru y se sentía más que intranquila, también pensaba en Himitsu y en su advertencia.

Al terminar su breve parada continuaron su camino, no sin antes avisar a los otros grupos los lugares estratégicos que debían visitar, puntos donde Hidan y Kakuzu pueden recoger la recompensa por Chiriku. La Otonashi estaba intranquila, sin embargo, se encontraban bastante cerca de Bosque de Fuego, lo que de alguna manera la reconfortaba, puesto que la ayuda, si fuera requerida, llegaría de inmediatamente. Como si sus pensamientos fueran escuchados, uno de los lobos de su familia llegó hasta ella, uno que al parecer no tenía las mejores noticias.

- ___-sama, ¿podría venir conmigo a Bosque de Fuego? Su presencia es imperiosa en este momento. - su tono no era el mejor.

- En este momento me encuentro en una misión, no puedo irme. - todo el grupo detuvo su recorrido para mirar la charla.

- Lo sé, por eso mismo debe venir conmigo. - las expresiones de los shinobis mostraban sorpresa. - Hay una Akatsuki en los territorios de Bosque de Fuego en este momento, se dirige rápidamente a la zona central.

- Eso lo cambia todo. - dijo para sí misma. - Continúen el camino, tendré que desviarme por un tiempo, si Asuma-sensei me lo permite. - miró al Sarutobi.

- Estaremos bien, no te preocupes. ¿Necesitas refuerzos? - dijo mientras dirigía su mirada al Nara.

- No, ustedes tienen dos enemigos, yo solo una. - se colocó al lado del lobo. - Volveré lo más rápido posible, pero dado el caso... - sacó un pergamino y lo lanzó a Shikamaru. - Llamen a Hiru para que vaya a mi posición y poder regresar con el equipo. Aunque piensen que es muy tarde, avísenme de todas maneras, en ocasiones se puede hacer mucho más de lo que se cree.

___ estaba apunto de irse junto al animal, pero el Nara la detuvo, si la Akatsuki que había en territorio Otonashi era Himitsu, significaba que debía tener mucho cuidado y que, en el peor de los casos, la advertencia de antes era una trampa.

- Se muy precavida, no sabes lo que puede pasar con esa Kunoichi, ni mucho menos lo que debe estar planeando. - le acarició el rostro.

- Tranquilo vago, estaré perfectamente. Bosque de Fuego tiene Shinobis excelentes que me ayudarán si así lo requiero. - le dio un cariñoso beso y se alejó de él. - ¡Nos veremos pronto! Vayan con cuidado. - desaparecieron.

Ojos color cielo. ºNara ShikamaruºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora