{2T} 28 - Reunidos

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El tiempo se detuvo en el campo de batalla, donde yacía el cuerpo sin vida de Kakuzu. Los ninjas de Konoha fueros rodeados por un grupo desconocido, los cuales a simple vista no pertenecían a ninguna aldea. ___ temblaba, era un torbellino de emociones y no sabía que sentir, después de tantos años de haber llorado en una tumba vacía, de hablarle al viento rogando que su hermana la escuchará, ella había regresado. Satsuki nunca se fue.

- Les advierto, Shinobis de pacotilla, que no voy a permitir que a ningún ninja de Konoha se le toque un solo cabello. - la Otonashi mayor hablaba con fuerza y determinación, como siempre lo había hecho. - Si quieren matarme, vengan, pueden intentarlo.

- No nos retiraremos Satsuki, no la dejaremos ir tan fácilmente en esta ocasión, así que le recomiendo que se entregue y dejé de hacer las cosas tan difíciles.

- Nunca han sabido cuando rendirse, ¿Acaso piensan que están luchando contra cualquier Kunoichi? - sonrió, toda la situación le parecía increíble. - No me molestaría enseñarles una vez más porque deben dejarme en paz.

- Somos al menos 30 ninjas contra ti. ¡No puedes ganar! - se estaba inpacientando.

- ¿Quién dijo que lucharía yo sola? Nunca lo he estado. - en un rápido movimiento levantó su espada y dejó que la magia se hiciera.

Ríos de niebla comenzaron a cubrir todo el terreno, era muy poco lo que se distinguía entre la densa bruma. Se escuchaban gritos, alaridos, suplicas, algunos lamentos pero sobretodo, el metal de las espadas chocando contra la carne.

No pasó mucho hasta que la visibilidad volvió a los Shinobis y, al parecer, no había quedado mucho de los atacantes. Junto a Satsuki había otra ninja enmascarada, la misma que semanas atrás había salvado a ___ de Danzō.

- Me disculpo por la interrupción tan desagradable. Quiero presentarles a mi compañera y vieja amiga de toda la vida, Yuki Himitsu. - en sus caras se distinguía la confusión.

- ¿¡Qué!? - exclamaron todos los ninjas allí presentes al haberse revelado ese nombre, definitivamente nada de lo creían era verdad.

La Kunoichi se retiró la máscara y ___ pudo reconocerla de cuando estuvieron peleando en Bosque de fuego. La Otonashi peliazul se levantó, aunque seguía estando conmocionada. No sabía que decir, que pensar, quería una explicación y la quería en ese mismo instante, pero había alguien más que debía interrumpir.

- ¡Otonashi Satsuki no intente nada en contra de los ninjas de Konoha! - le ordenaba una voz de lo más desagradable para ella.

- ¿Desde cuándo un asesino peor que yo me da alguna orden? - al ver a su alrededor no solo reconoció al Shimura, sino también a la mayoría de Jounnins de Konoha, incluso su hermano, el cual la veía con ojos desorbitados. - Vaya fiesta de bienvenida.

Satsuki le hizo una señal a Himitsu para que desapareciera lo más pronto posible, no quería involucrarla en eso. La Yuki obedeció, sabía que su amiga estaría bien, la vigilaría después de todo. No solo ella.

La Otonashi mayor decidió dejar todos sus implementos ninjas en el suelo y arrodillarse sin hacer movimientos bruscos, sabía que Danzō estaba detrás de toda esa treta y por una vez había dado la cara.

"Espero que cuando te mate sigas teniendo esa mirada altiva que tanto odio" Pensaba la pelirroja para sus adentros.

Sería encarcelada, por traidora, asesina y ser parte de un grupo criminal tan despiadado como Akatsuki. Si al menos pudiera apelar a una condena que no sea la muerte, podría hablar con sus hermanos y explicar toda la situación.

Pero Shimura Danzō no se lo permitiría.

- Me tomaré el atrevimiento de decidir tu sentencia, no hay necesidad de hacer un juicio para ver qué mereces morir como lo que eres: una asquerosa criminal. - el Shimura desenfundó un sable.

Ojos color cielo. ºNara ShikamaruºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora