06 - La Verdad.

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- Todo empezó hace aproximadamente un año; estaba entrenando con mis dos compañeros de equipo, Midori Hana y Kaito Ryuu, y mi antiguo sensei, Sarutobi Asuma, para la última etapa de los exámenes chunin; había sido la única en llegar tan lejos y quería dar lo mejor en esta última prueba. Hana lanzó uno de sus kunais, el cual me dio en el hombro, la chica se veía preocupada, sumamente arrepentida por haber hecho eso y me ofreció un ungüento para detener el sangrado; al principio no estaba muy segura, <<Confía en mi ___>>, y termine accediendo. Cuando usó el ungüento "sanador" me comencé a sentir muy cansada, al principió pensé que había sido por el entrenamiento y la herida, entonces decidí irme a casa a descansar, mi cabeza tocó la almohada y no desperté hasta que fue demasiado tarde. - miró al suelo, le estaba costando mucho contar eso.

- ¿Segura qué quieres seguir con esto? - Shikamaru la miró con preocupación.

- Tengo que hacerlo. - estuvo en silencio unos minutos y continuó con la historia. - Esto lo sé porque mi hermano me lo contó, ya que el estaba en los exámenes chunin como jefe de los ninjas médicos, estuvo observando todo lo que ocurrió. Antes en los exámenes chunin se tenía un control de objetos prohibidos, donde los participantes no podían utilizar una lista de armas, las cuales no eran muchas y eran bastante desconocidas; mi hermano me dijo que este año se permitirán todo tipo de objetos a raíz de mi accidente. Volviendo a lo importante, Hitoshi me dijo que aparecí bastante tarde y casi fui descalificada, pero me presente justo a tiempo para el combate; yo tenía un arma muy rara, se veía que era un arma nueva hecha por los artesanos, Hitoshi pensó que eso era muy sospechoso, ya que mi familia no utiliza ningún tipo de arma que no sean espadas, dagas, arcos o kusarigamas. Obviamente yo fui expulsada de los exámenes por usar un arma no permitida.

- El único problema es que yo nunca llegue a salir de casa, había caído en un profundo sueño, Mika intentó despertarme durante al menos una hora, mi madre creyó que era un genjutsu pero tampoco funcionó intentar liberarme; Hitoshi llegó a casa después de que la supuesta yo había sido expulsada, al ver que nada había funcionado, intentó un ninjutsu el cual purificaba la sangre de cualquier sustancia que hubiera estado en contacto con el torrente sanguíneo. Mi hermano terminó y desperté inmediatamente, estaba muy confundida, pero recordé que era el día de los exámenes e intenté salir de casa; Hitoshi me explicó todo lo que había pasado, no sabían quien se había hecho pasar por mi. Yo estaba destrozada por todo lo ocurrido, por haber perdido una oportunidad que había esperado tanto tiempo. Los días pasaron y me encontraba entrenando en casa, salir era algo incomodo ya que todos me veían y me juzgaban por algo que no había hecho, me sentía como Naruto pero en menor medida; de repente se presentaron dos ninjas de las fuerzas especiales ANBU en mi lugar de entrenamiento, no entendía que estaba pasando, ¿por qué esos dos ninjas me necesitaban?.

- Lo siguiente que recuerdo es oscuridad, una oscuridad profunda, no tenía ni la menor idea de donde me encontraba; intente hacer un par de jutsus, activar el shingekai, pero aparentemente mi chakra estaba retenido, estaba totalmente indefensa ante lo que sea que me haya raptado. Aparecieron frente a mi los dos ANBU, máscara de pájaro, máscara de gato; <<¿De dónde sacaste esa arma, Otonashi ___?>>  les dije que no sabía de que me hablaban, pero nunca me creyeron; ellos... - las lágrimas comenzaron a correr de sus ojos grises, pero la voz de la chica no se quebró en ningún momento; Shikamaru estaba resistiéndose las ganas de abrazarla y consolarla, esa historia le estaba partiendo cada vez más el alma. - Me torturaron durante semanas, todos los días me preguntaban lo mismo y yo les daba la misma respuesta. Los lobos de mi madre me encontraron en medio de un bosque, casi muerta; me llevaron al hospital donde Hitoshi se encargó de mi todo el tiempo, pero aunque curaron mi cuerpo las heridas de mi cabeza estarían abiertas mucho tiempo. La paranoia se apoderó de mi, desconfiaba de mi familia, de mis amigos, de los jounin, del Hokage, de todo el mundo. Fueron meses muy duros donde tuve que aprender a confiar de nuevo en todas las personas que hicieron alguna vez parte de mi vida.

Ojos color cielo. ºNara ShikamaruºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora